Nada está escrito en estas elecciones. A 50 días exactos de que los ciudadanos acudan a los colegios electorales a votar, cada vez hay más dudas sobre qué puede pasar ese 28 de mayo, pero una de las claves puede estar en Formentera. La isla elige uno de los 59 diputados que habrá en el Parlament y que éste sea de izquierdas o de derechas puede ser decisivo para que la presidenta sea Francina Armengol o Marga Prohens porque las encuestas dibujan un panorama muy igualado entre los dos bloques.
El problema está en que, en medio de este empate técnico, la izquierda de Formentera aún no se ha puesto de acuerdo para presentar una lista conjunta. Gent per Formentera, partido mayoritario en la isla, quiere que la candidata vuelva a ser de nuevo Silvia Tur, que ya lo fue en las anteriores elecciones, pero el PSIB ha vetado el nombre de Tur y apuesta por un independiente.
La ruptura de relaciones es total en estos momentos y la situación es comparable a la que viven Yolanda Díaz y la dirección de Podemos: no hay manera de llegar a un acuerdo. En el caso de Formentera hay una diferencia con respecto a lo que pasa en la órbita de los morados porque hay una fecha límite para llegar a un acuerdo: el próximo miércoles, 12 de abril. Ese día los partidos deben comunicar a la Junta Electoral su decisión de presentarse a las elecciones. Gent per Formentera lo hará si antes no se logra un acuerdo.
La otra fecha límite llega dos días después, el 14 de abril. Ese es el día en el que se debe comunicar a la Junta Electoral las coaliciones que se presentan a las elecciones. El PSIB y Gent per Formentera tienen una semana para arreglar sus diferencias. Balears tiene 59 diputados y Formentera elige uno, que ha sido decisivo en muchas ocasiones para elegir al president del Govern. En 1999 se produjo el ‘caso Formentera', un oscuro intento del PP de empadronar a ciudadanos argentinos en la isla para asegurar votos y, con ellos, el diputado. La trama se destapó poco antes de las elecciones y el PP perdió Formentera y el Govern.
Eso paso en las elecciones de 1999, pero cuatro años más tarde, en las de 2003, Formentera dio la espalda a Francesc Antich y Jaume Matas fue elegido presidente por mayoría absoluta gracias al diputado de esta isla. Formentera quita y pone presidentes y esta vez puede volver a pasar. Una encuesta realizada a finales de diciembre en la isla entre más de 500 ciudadanos alerta de este riesgo si los partidos no concurren de manera conjunta. En un escenario de concurrencia de las dos formaciones, la encuesta da una mayoría clara a la formación, con el 27 % de los votos del 49 % de quienes irán a votar: más de la mitad.
La cosa cambia en un escenario de ruptura porque, si ese voto se divide, Gent per Formentera obtendría un 18,9 % de los votos emitidos y sa Unió, el partido de derechas, lograría un 16,3 % de los votos. El PSIB sería la tercera fuerza política con el 13,2 % de ese 49 % de votos emitidos.
La duda de estas elecciones está en Mallorca, pero la otra gran duda, en Formentera. En Menorca está claro el triunfo de la izquierda y en Eivissa, el de la derecha, así que todo depende de cómo votan los ciudadanos de la isla más grande del archipiélago y la isla más pequeña.
A 50 días de las elecciones, todo esta abierto. No se sabe qué pasará en Formentera ni qué sucederá en Mallorca, donde a la incertidumbre global por el rdiferencias entre el voto de Palma y el de la Part Foranesultado se suma saber si habrá a. La derecha está fuerte en Palma, pero el PSIB aguanta en los principales municipios de la Part Forana, como Calvià e Inca. Y es en la Part Forana donde aparece la otra gran incógnita del 28 de mayo: qué pasará con el PI, otro partido que pueda dar o quitar el Govern.