El consejo político de la CUP ha decidido este sábado presentarse por primera vez a unas elecciones generales, las que se celebrarán el 10 de noviembre, ante el escenario de «excepcionalidad democrática» con el objetivo de defender el derecho a la autodeterminación y «decirle al Estado que se vaya».
Lo ha anunciado tras la reunión del máximo órgano de gobierno de la formación anticapitalista la exdiputada Mireia Vehí, quien ha asegurado que no concurren para «bloquear» sino para «hacer política desde todos los ámbitos, espacios e instituciones» y para decirle al Estado «que se vayan y no vuelvan».
No obstante, ha alertado que la CUP no proporcionará «ninguna garantía de gobernabilidad hasta que no se reconozca el derecho a la autodeterminación, la amnistía y todos aquellos derechos fundamentales para la supervivencia de las clases trabajadoras».
El consejo político debía escoger este sábado entre cuatro documentos, dos de los cuales apostaban por saltar a la política española, mientras que los otros dos abogaban por mantenerse en las listas municipales y autonómicas.
De acuerdo con Vehí, finalmente han decidido concurrir a unas generales por primera vez en su historia y hacerlo bajo la marca «CUP», aunque en las próximas semanas anunciarán «la fórmula concreta» con la que se presentarán a los comicios.
Ello significa que, por el momento, no descartan que la candidatura incluya, como ocurre actualmente en el Parlament, la coalición con Crida Constituent, que aglutina a las organizaciones de la izquierda independentista, aunque Vehí solo ha adelantado que «no va de listas unitarias, ni sillas, ni de política para garantizar ningún tipo de pacto extraño».
Por otro lado, la exdiputada ha asegurado que la decisión «no ha sido fácil» y ha pedido «que nadie se confunda» porque, ha asegurado, «ni la CUP ni la izquierda independentista ha hecho nunca política institucional para hacer un juego de sillas».
Ha explicado, en cambio, que la decisión de presentarse a las generales responde a la voluntad de «dar un paso al frente» por «responsabilidad en tiempos de echar a los comunistas de las instituciones, de feminicidios y de represión».
«Hemos venido a decirle al Estado que deje en paz a nuestra gente, que pare de encarcelar, detener, aplicar la deuda, de políticas que matan», ha señalado tras subrayar que impugnarán «la monarquía, el régimen, el Ibex 35 y cualquier institución catalana, española o europea que vaya en contra de la capacidad colectiva de decidir nuestro futuro».
Asimismo, ha afirmado que estarán «muy presentes en las calles» en los próximos días y que «van a contrarreloj», por lo que necesitan «manos, cabezas, dinero y muchas firmas».
Es la primera vez que la CUP y la izquierda independentista decide presentarse a unas elecciones generales después de descartar hacerlo en los comicios del 28A, cuando el voto que apelaba a la desobediencia civil lo recogió Front Republicà, una fórmula heterogénea liderada por el exlíder de Podem Albano-Dante Fachin.
Sin embargo, dicha coalición, en la que confluyeron Poble Lliure -una de las organizaciones que integran la CUP-, Som Alternativa y Piratas de Cataluña, no logró superar los votos necesarios para hacerse con ningún escaño en el Congreso de los Diputados.