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Un verano atípico en las Pitiüses por los abusos

La playa de Cala Tarida, masificada, ha presentado agua verdosa durante el verano por culpa, en parte, de los vertidos incontrolados. | A.E.

| Eivissa |

El descenso de las estancias medias y una oferta desmedida, gran parte de ella irregular, ha hecho que el nuevo récord de turistas en Eivissa y Formentera no haya reportado los beneficios esperados. La atípica temporada que han experimentado las Pitiusas en términos de actividad y rentabilidad del sector turístico, sobre todo en la pequeña y mediana empresa, puede atribuirse, según el presidente de PIMEEF Restauració, Joan Riera, a una oferta desmesurada, un elevado índice de intrusismo y una falta de preparación y profesionalidad en un abundante número de empresas y empresarios.

Aunque las patronales hablan de una buena campaña, desde la industria turística y comercial se percibe un desajuste entre las cifras récord que maneja el aeropuerto de Eivissa (3,4 millones de visitantes hasta septiembre, un 6% más que en 2016) y los beneficios empresariales.

Joan Riera percibe que la temporada ha sido atípica, puesto que “hay una oferta desmesurada de todo”. “Yo pienso que hemos tocado techo. Por las opiniones que estoy recogiendo, el comercio se queja de que la gente no entra o no compra y a los restaurantes un día les va bien y al otro mal. Eivissa no es el Dorado. Todo el mundo viene aquí a abrir negocios y restaurantes. Vienen a especular de mala manera y sin tener a sus trabajadores en condiciones. No son profesionales del sector y esto es lo que pasa”, sostiene el propietario del restaurante Ca n'Alfredo.

Según el empresario hostelero, el “problema número uno de Eivissa” es precisamente la “falta de profesionalidad” de muchos empresarios que, en su opinión, “vienen buscando estrujar la isla y hacer el agosto”. “Si a finales de septiembre ven que no les ha ido tan bien, al año siguiente vuelven, le cambian el nombre al local, y ya está. El personal no está formado. Hay una oferta desmesurada, intrusismo a manta y muchísimos empresarios que no son profesionales del sector”, resume Riera.

Tampoco ha cosechado los éxitos del pasado el sector del ocio musical. Desde hace unos años se ha multiplicado la oferta del ocio nocturno, que suponían las famosas discotecas Pacha, Privilege, Amnesia, Space..., con la proliferación de beach clubs, hoteles musicales y party boats. Son demasiados para poder absorber la demanda, que sigue siendo elevada, pero no suficiente para contentar a toda la oferta.

ALOJAMIENTO. También ha tocado techo el intrusismo en el sector hotelero, en este caso por culpa de los llamados pisos turísticos. Desde la patronal hotelera calculan que cerca de un 40% de los visitantes se alojaron fuera del circuito reglado, acogiéndose a la oferta ilegal, especalmente de pisos turísticos.

La ocupación media en Eivissa durante la temporada 2017 ha sido del 87,6%, dos puntos menos que el año pasado. El director insular de Turismo, Vicent Torres Benet, coincide en que ha sido una temporada “atípica” y, aunque no se llegará a las cifras de 2016, destaca el buen arranque de temporada y los buenos datos de octubre. “Si comparamos con el año extraordinario de 2016, la bajada de ocupación tampoco es tan alarmante, está dentro de los barómetros normales”, asegura Benet, que sostiene que algunos establecimientos hoteleros se han mantenido abiertos hasta final de mes.

Los hoteleros pitiusos, por su parte, no se sorprenden con estos resultados ya que eran los esperados. En este sentido, la patronal Fehif recuerda que era difícil volver a conseguir los números del año pasado. “La verdad es que para las islas de Eivissa y Formentera nos esperábamos estos datos, con una bajada entre el 2% y el 3% respecto al año pasado”, afirma Juanjo Riera, presidente de la Fehif, quien señala que hay que tener en cuenta que “nos han perjudicado factores como la oferta ilegal de alojamiento o la disminución de la estancia media de los viajeros”.

En los últimos cinco años la estancia media ha pasado de los seis días y 5,94 noches en 2012 a los cinco días de 2016 en hoteles, mientras que en apartamentos turísticos ha pasado de los 6,41 días de 2012 a los 5,61 días del año pasado. Por tanto, en ambos casos se ha perdido un día de estancia media. “Cada vez necesitamos más turistas para hacer la misma ocupación ya que se quedan menos días”, precisa Riera.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Viviendas y Alojamientos Turísticos (AVAT), Roberto San Esteban, reconoce que el mes de septiembre fue “más flojo”, aunque “este año no ha sido malo. Ha sido peor porque el anterior fue excepcional”.

CARRETERAS. Las carreteras pitiusas han sido otro de los puntos negros de la temporada turística en particular y de los 10 primeros meses del año en términos generales. Con los últimos fallecimientos ya son 17 las víctimas mortales registradas en lo que va de año, 15 en las carreteras de Eivissa y dos en las de Formentera. Son diez más que en todo en 2016. Y los motoristas son los grandes damnificados. Ya son nueve muertos. El fatal balance recoge dos nombres que causaron una gran conmoción en la isla, el del ciclista afincado en Eivissa Daniel Viñals, atropellado por un residente que conducía ebrio y drogado, y el del laureado expiloto Ángel Nieto, que sufrió un accidente mortal mientras conducía un quad.

También hay un problema en las carreteras pitiusas por la falta de control sobre los coches de alquiler. La Asociación de Rent a Car en Ibiza, integrada en la Pimeef, también califica de “atípica” una temporada marcada por un descenso en la rentabilidad de las empresas en los meses centrales del verano.

“Hay demasiada oferta y eso hace que julio y agosto no sean todo lo buenos que deberían ser”, sostiene el presidente de la patronal de las empresas de alquiler de vehículos en Eivissa, Juan Cárdenas. Lamenta también que para las multinacionales y otras grandes empresas, que además se dedican a la venta de vehículos, “sea muy fácil meter coches en temporada alta”, lo que obliga a las pequeñas empresas a bajar precios. “Eivissa ya no necesita más”, puntualiza Cárdenas, que se pregunta “por qué si existe un techo de plazas para los establecimientos turísticos o un número máximo de licencias de taxis, no puede regularse este sector”.

Y Formentera parece contagiarse ya de los problemas de su isla vecina.

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