La Guerra Civil por poco acaba con el sueño de la familia Moyà de expandir por el mundo su empresa de fabricación y distribución de licores. Una bomba cayó sobre la casa de su fundador, Gabriel Moyà, donde tenía la fábrica. Acabó con su vida pero no con la de su hijo adolescente, que había desobedecido a su padre subiendo a la azotea para ver pasar los aviones. Hoy la empresa está regentada por la tercera y la cuarta generación, y es conocida por la fabricación propia de productos típicos mallorquines como el palo, el mescladís de la matanza, el anís seco o las hierbas dulces, secas y mezcladas, además de una variada producción de licores, y por la distribución por toda la isla de vinos y licores.
Los orígenes de la empresa la sitúan en 1890 en la la calle del Sol número 3, junto al ayuntamiento. Gabriel Moyá empezó elaborando licores y aguardientes y sus especialidades eran la ambrosía de Bellpuig, el licor de gol, el anís Carabela y el coñac. Su hijo, que salió ileso de la bomba que destruyó su casa, siguió con el negocio en la calle 31 de març. La siguiente generación, formada por Sebastià Moyà y Gabriel Moyá, se encargan de la fabricación de sus productos, y de la comercialización y distribución como mayoristas de vinos y licores a toda Mallorca. Desde hace unos años les acompañan sus respectivos hijos, ambos Joan Moyà, quienes gestionan un negocio con ambición de crecer, mientras que las hijas han decidido no trabajar en la empresa familiar.
Según explica el encargado de la distribución Joan Moyà, la empresa se estructura en dos sectores: la fabricación y la distribución. De la elaboración de los licores se encargan su tío Sebastià Moyà y su primo Joan Moyà en la fábrica que estrenaron hace cuatro años y que se ubica en el polígono de Artà. Su sello de identidad son los licores mallorquines, como el anís dulce, las hierbas dulces, mezcladas y secas, el palo de Mallorca y el típico mescladís de matances.
Las hierbas dulces son una bebida espirituosa anisada que se obtiene por la maceración y/o destilación de aromas de diversas plantas en anís dulce, y seco en el caso de las hierbas secas. “Tenemos varias plantaciones de hierbas, que recolectamos en mayo, que es cuando se hace la bebida conocida como hierbas dulces. Para tener la indicación geográfica Herbes de Mallorca tienen que tener seis hierbas como mínimo: herba lluïsa, manzanilla, toronjil, hoja de limonero, romaní y hierbabuena. Además le puedes añadir otras hierbas o gustos, esto depende de cada maestro artesano. Pasa lo mismo que con la sobrasada, cada uno tiene su toque particular”, explica Moyà.
MESCLADÍS. El mescladís de matances, o mesclat, es la mezcla de anís seco y palo. Su enorme éxito entre los turistas germanos han llevado a esta empresa a exportarlo a Alemania y estas ventas ya suponen el 10 por ciento de toda la producción de la fábrica. “No sabemos muy bien por qué el mescladís gusta tanto a los alemanes. Nosotros hemos hecho bastante promoción en restaurantes para que lo reglaen como chupito, y así lo conocen y lo compran. Ellos beben mucho Jägermeister y el mescladís se le parece un poco, con gusto de regaliz y no tan anisado. Además, en la etiqueta aparece una imagen de la matanza del cerdo, y puede ser que les llame la atención”, vacila. Alemania es el único país donde exportan por el momento gracias a tres distribuidores, que también demandan hierbas dulces y palo.
Licors Moyà también se dedica a la producción de más de una veintena de licores como segunda marca, que distribuyen con éxito a los hoteles mallorquines. “Fabricamos licor de banana, de manzana, de melocotón, de melón, triple seco, licor de huevo -que viene a ser como el Licor 43-, crema de coco, jarabe de granadina, jarabe de lima, licor azul similar al Malibú, etc.”. Incluso elaboran amaretto, limoncello, ginebra y vodka.
DISTRIBUCIÓN. El padre de Joan Moyà, Gabriel, y él mismo se encargan de la distribución como mayoristas. Proveen al por mayor por toda Mallorca sus productos, además de una larga lista de vinos, cavas, licores y otras bebidas alcohólicas como la cerveza Moritz, de las que alrededor de cuarenta marcas son en exclusiva.
Cuentan con 14 comerciales que realizan los pedidos y la venta mayorista contribuye al 60 por ciento de su facturación mediante ventas a hoteles y restaurantes, supermercados y tiendas especializadas de toda Mallorca. Si bien con impacto limitado, también distribuyen a Menorca y Eivissa, y sus licores más típicos se pueden encontrar en Sa Botigueta, en Girona.
Con motivo de su 125 aniversario han embotellado seis vinos con etiquetas que evocan la historia de la empresa: un blanco, un tinto crianza, un rosado, un tinto cabernet, un blanco chardonnay y un tinto joven, con las fotos antiguas de la empresa y la familia, y con ilustraciones que evocan desde el trágico accidente durante la Guerra Civil hasta el boom turístico de los 60. También con motivo del 125 aniversario han sacado al mercado unas hierbas mezcladas de edición limitada.
ACTIVIDADES. En el edificio de la calle 31 de març tienen las oficinas en el primer piso, y en la planta baja cuentan con un almacén y la Vinoteca Moyà, una tienda de productos gourmet donde se pueden encontrar más de 3.000 botellas de vino y licor en exposición, además de aceite, vinagre y otros productos delicatessen y artesanía local, desde mermelada y flor de sal hasta las típicas senalles. Además, desde hace unos años potencian el Taller de Tast Moyà, donde organizan catas de vinos para residentes y actividades para turistas, y colaboran con numerosas actividades culturales y deportivas del municipio durante todo el año. Desde hace unos años también se pueden adquirir sus productos online a través de su página web.
El futuro de la empresa pasa por seguir la línea actual pero sin perder la ambición. “Nos gustaría que se conociera mucho más la marca Licors Moyà en Mallorca. Somos una empresa artesana, somos serios y apostamos por Mallorca, creemos en lo de aquí y lo potenciamos. A mi primo y a mí nos gusta lo que hacemos, lo hemos visto toda la vida y queremos seguir, cada uno con su tema. También nos gustaría vender en la Península, donde de momento estamos muy poco implantados, y en todo el mundo”, concluye Moyà.