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Amadip Esment apuesta por el trabajo bien hecho

La imprenta de Amadip Esment es competitiva en calidad y precio. | Jaume Morey

Palma |

La Asociación Mallorquina de Ayuda al Discapacitado Psíquico (Amadip) fue fundada en 1962 por un grupo de padres preocupado por el futuro de sus hijos. En principio, Amadip era una asociación privada, pero hace ahora dos años que se transformó en una fundación en la que los padres -convertidos ahora en patronos- son los responsables de dar continuidad a la empresa más solidaria.

Amadip Esment tiene hoy dos grandes ámbitos de actuación: el social y el laboral. “Contamos con un apartado más social, que ofrece servicios a personas con discapacidad intelectual y concierta plazas con la administración. Además, hace ya unos 30 años se comprobó que la auténtica integración de las personas con discapacidad intelectual se consigue cuando se incorporan al mercado laboral”, explica Sebastián Alemany, director comercial de la fundación. La necesidad de incorporar a las personas con discapacidad intelectual al mundo laboral provocó la creación de Esment, un centro especial de trabajo. Hace ya diez años que se unificaron Amadip y Esment, y hoy se trata de una fundación que funciona con un único NIF.

Un centro especial de empleo tiene diferentes tipos de ayuda, pero es condición indispensable que el 70% de los trabajadores tengan discapacidad.

Amadip Esment, pese a sus peculiares características, sigue los parámetros de cualquier empresa y la totalidad de las iniciativas empresariales que tiene han de ser obligatoriamente rentables. La fundación tiene unos 520 trabajadores, sumando las dos grandes áreas -social y el centro especial de empleo- de los que alrededor de 180 son discapacitados intelectuales.

La facturación alcanzó durante el pasado año los 18 millones de euros, que se reparten casi equitativamente entre los conciertos firmados con la administración pública y las ventas que genera la actividad del centro especial de empleo. En este sentido, el director comercial de la Fundación se muestra especialmente satisfecho: “Crear empleo estable e indefinido para discapacitados es nuestro gran objetivo, pero es imprescindible que nuestras iniciativas empresariales no perjudiquen al conjunto de la fundación. Han de ser rentables, puesto que hemos de poder reinvertir para seguir creando puestos de trabajo”, afirma.

CINCO ACTIVIDADES. Amadip Esment tiene hoy cinco grandes actividades -imprenta, limpieza, jardinería, restauración y agricultura- y próximamente se incorporará una nueva rama -la educación dual-.

Amadip Esment tiene un variado catálogo de puestos de trabajo para poder contribuir a la integración del mayor número posible de personas con discapacidad. “Las personas son diferentes y pretendemos ofrecer, siempre que sea posible, un catálogo variado de empleos. Nosotros nos planteamos cualquiera actividad comercial que pueda crear trabajo para discapacitados”, explica Alemany, que acto seguido añade que cualquiera de las actividades de Amadip Esment ha de ser sostenible económicamente. “No tenemos ánimo de lucro, pero buscamos beneficios para reinvertir, ser más competitivos o contribuir al mantenimiento de nuestra parte más social. “Nuestro objetivo, al fin y al cabo, es conseguir trabajo estable para personas con discapacidad intelectual”, afirma

LA IMPRENTA. Es la actividad más antigua de Amadip Esment, puesto que empezó en 1979 en un local del Pes de la Palla. Hoy es una imprenta puntera que puede ofrecer cualquier producto en offset y que también trabaja en digital. Folletos, libros, revistas... Amadip Esment es capaz de elaborar cualquier tipo de producto con un nivel de calidad óptimo y respetando escrupulosamente los plazos de entrega. “Hay clientes que incluso desconocen nuestro fin social. Es una buena noticia, puesto que demuestra que somos una empresa competitiva. El mundo de las artes gráficas ha sufrido mucho con la crisis, pero nosotros hemos aguantado bien”, explica Alemany y añade que “tenemos la tecnología más avanzada”. “Estamos al día. En los últimos años hemos invertido, aunque en máquinas de segunda mano o de fabricación china, que ofrecen unas prestaciones excelentes a buen precio”, señala. La imprenta cuenta con unos 50 profesionales de los que 40 tienen discapacidad intelectual.

LIMPIEZA. Amadip Esment tiene un área de actividad dedicada a la limpieza. Ofrece limpieza interior, exterior, de oficinas, de comunidades de propietarios... Sebastià Amengual no duda en afirmar que Amadip es una empresa normal, como cualquier otra, y explica que “cuando perdimos el concurso de limpieza del Servei Ferroviari de Mallorca nos vimos obligados a hacer un ERE parcial”. La empresa tiene contratados en la rama de limpieza a unos 55 trabajadores, de los que 40 son personas con discapacidad.

Hoy, buena parte de los trabajos son de carácter interno. Amadip Esment gestiona cuatro residencias, tres concertadas y una cuarta privada para alemanes que no recibe ayuda pública. La limpieza de los cuatro establecimientos la realiza la propia empresa, que dispone también de un buen número de clientes externos.

JARDINERÍA. Unos cincuenta trabajadores, cuarenta de ellos con discapacidad intelectual, se dedican a la jardinería. Como sucede con la limpieza, Amadip Esment es competitiva cuando se trata de zonas de grandes dimensiones en las que la mano de obra es fundamental. Hoy por hoy, la empresa se encarga del mantenimiento de las zonas verdes del hospital de Son Llàtzer y, entre otras concesiones, es responsable de los jardines de diferentes lugares propiedad del Ajuntament de Calvià y el de Marratxí.

RESTAURACIÓN. La Fundación Amadip Esment apuesta con decisión por el complicado mundo de la restauración. En la actualidad, disponen de unos 65 profesionales de los que 46 padecen una discapacidad intelectual.

“Tenemos cuatro portales abiertos al público, situados en es Pes de la Palla, Palmanova, el Edifici Mirall y el bar de s'Escola en la calle Aragó. Además, elaboramos comida en tres de nuestras residencias y en la sede central”, afirma.

La oferta culinaria de Amadip Esment se caracteriza por su nivel medio, huye de la sofisticación y el elitismo, pero cubre siempre unos claros parámetros de calidad. Comida sana, mediterránea, arraigada a la tierra y aprovechando al máximo todos los productos de nuestro huerto ecológico. “Intentamos poner cariño, mucho esment, a los platos que elaboramos. Huimos de la cocina prefabricada, de los congelados”, asegura.

AGRICULTURA. Un total de doce personas se encargan de trabajar el huerto ecológico, ocho con discapacidad. Además de los productos de temporada típicos de cualquier huerto, en las tierras de Amadip Esment en Can Weyler también se elabora aceite de oliva, que se dedica en su totalidad al autoconsumo.

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