Un caballo que tira un sulky recorre la pista de Son Pardo en el fondo. En primer plano, un coche se detiene, de él se bajan Lolita Flores y Asia Ortega, pero no son ellas. Se trata de La Chusa, matriarca del poblado chabolista de Son Canal, y su primera Nela, bajo su protección. Ella no lo sabe, pero está a punto de caer su imperio de la droga. Así se despidió el rodaje de Mallorca Confidencial, la película que dirige David Ilundain y que produce, entre otras, la empresa local Cinètica.
El Hipódromo de Son Pardo cambió así los trotes y el ruedo por las cámaras y el rodaje. El filme, que recrea de manera ficcionada una historia que se inspira en el caso de La Paca de Son Banya, acabó ayer de rodar sus escenas en la Isla y Son Pardo fue el lugar escogido para despedir la producción.
Tras el «¡corten!» final, un estruendoso aplauso, un ramo de flores para Lolita como obsequio del equipo y foto de familia de todos juntos. Se ponía fin así a la producción balear que durante 12 días ha pasado por la Estación Marítima de Palma, el Port de Sóller, el propio Hipódromo de Son Pardo, etcétera.
Tras la emoción siempre presente en los adioses, tanto Lolita como Ortega y el actor mallorquín Pep Tosar atendieron a la prensa para dar algunos detalles de lo que han estado haciendo delante de las cámaras y que se podrá ver dentro de varios meses en pantalla. Lolita, que es consciente de los paralelismos de La Chusa con La Paca, dejó claro que ella no es de hacerse «suyos» los personajes, y se deja llevar por el guion y la historia misma, que es la que le «dice qué persona es» el personaje que interpreta. Dicho de otra manera: «No soy una actriz de método, sino de ovarios, de entrañas».
En cualquier caos, no elude que hay «reminiscencias», pero no solo con Son Banya y lo ocurrido con la matriarca de la droga en la Isla, sino que es algo «que puede pasar en cualquier otro lugar de España, desde Madrid a las 3.000 Viviendas de Sevilla», lugares en los que, tal y como dijo Lolita, «se vendía lo que se vendía porque no se podía hacer otra cosa» dadas las circunstancias, y reflexionó sobre la responsabilidad de «las instituciones» de «reinsertar a estas gentes inteligentes que podrían haber hecho de su vida algo mucho más beneficioso y se han visto en otra tesitura sin comerlo ni beberlo».
Cree la actriz que la cinta «puede ayudar a abrir mentes» en el público ya que mucha gente, de dentro y fuera de contextos como los que se describirán en el filme, «no lo entienden» y porque «sigue habiendo racismo, no solo hacia los gitanos, sino también negros, chinos, etcétera, y muchas veces no se han dado trabajos por miedo, porque piensan que somos todos unos ladrones, lo que hace que algunos se vena obligados a escoger los caminos más difíciles, que son los más fáciles, porque no creo que a nadie le guste vender muerte, pero a veces es una obligación si quieres seguir viviendo tú», opinó la actriz.
Ortega, cuyo personaje es quien narra la historia del filme y ejerce como coprotagonista del mismo, alabó el trabajo de Lolita como La Chusa, y señaló que «mucha gente va a empatizar con ella porque no solo lo ha trabajado desde el control, sino desde la ternura de una mujer que busca sacar a su familia adelante». Nela, el personaje a quien da vida, es acogido por La Chusa cuando los padres de aquella mueren, y es criada y cobijada por ella, pero con el tiempo logra una nueva visión que le permitirá salir de ese tipo de vida. Es, pues, la contraposición entre la visión de La Chusa, movida por sus razones, y la de Nela, que busca algo diferente.
Es por ello que Lolita también habla de su personaje como alguien que «ha recogido chatarra desde niña, sabe lo que es la miseria, el hambre, casarse y tener hijos a los 14 años». Es, por decirlo de alguna manera, el producto de unas circunstancias, las mismas que ella ahora mismo juzga que pueden ocurrir con muchos niños de muchos barrios humildes ya que «la información que les des es lo que les hará ser de una manera de mayores».
Finalmente, Lolita también habló de que este personaje le llega «en un muy buen momento» y que es «un caramelito» para cualquier actriz por sus «matices». «Llevaba muchos años sin hacer cine. A veces se junta y lo haces todo y en otras ocasiones no haces absolutamente nada, y estaba loca por volver al cine». Reconoce que «ha sido duro para mí y para el equipo» por motivos de su propia agenda personal, en la que compagina teatro y el programa Tu cara me suena, pero lo ha disfrutado ya que «cuando algo te apetece y sale del corazón, pues tiras para delante».