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Vera Pavlova: «El 24 de febrero de 2022 mi vida acabó, me desperté en un mundo diferente»

La poeta rusa participa en el ciclo 'Màtries' de la Fundació Mallorca Literària

Carme Castells y Vera Pavlova, este jueves en Es Baluard Museu. | Pilar Pellicer

| Palma |

«El 24 de febrero de 2022 mi vida acabó, me desperté en un mundo diferente». Así de contundente se ha mostrado este jueves la poeta rusa Vera Pavlova (Moscú, 1963) sobre el impacto de la Guerra Rusia-Ucrania en su vida y también en su literatura. La autora conversará este viernes a las 19.00 horas en Es Baluard Museu d'Art Contemporani con su traductora al catalán, Xènia Dyakonova, dentro del ciclo Màtries de la Fundació Mallorca Literària, un acto que ha contado con la colaboración del PEN Català. Además, este sábado, a las 12.00 horas, ambas ofrecerán un recital bilingüe en la Casa Blai Bonet de Santanyí.

Tal y como ha destacado Carme Castells, directora de la Mallorca Literària, Pavlova es una de las voces más influyentes de la poesía rusa y firma una obra atravesada por la feminidad, además de ser un altavoz de la realidad actual. En este sentido, Pavlova ha reconocido que lo más parecido a cuando estalló la guerra fue cuando supo que su marido se estaba muriendo de cáncer. «Todo puede cambiar en un momento», lamenta. Desde entonces, admite que su escritura ha cambiado. «Si antes trataba temas más banales, sobre el amor, la infancia o la maternidad, desde la guerra mi poesía se ha vuelto más rabiosa, más agresiva, como si gritara», compara. «Mi escritura se volvió un lamento, chillaba a través de ella. Intenté que otros también pudieran encontrar consuelo en ella, para llorar todos juntos», añade la escritora, cuyos familiares y amigos lograron escapar de Rusia, a excepción, ha contado, de su madre, que todavía vive en Moscú.

En cuanto a su vínculo con la literatura en catalán, Pavlova ha celebrado que «el único libro mío que alguien ha traducido íntegramente es Xènia, pues hasta entonces mis poemas han aparecido en antologías y demás colecciones, pero no se había traducido un poemario entero». Y eso teniendo en cuenta, ha puntualizado, que sus poemas se han traducido a más de una treintena de idiomas. Se da la casualidad que ese título en cuestión es A banda i banda del petó, que precisamente publicó en 2018 el sello pollencí El Gall Editor. El libro le valió a Dyakonova el tercer Premi PEN Català de Traducció. «Xènia es una genio, tengo mucha suerte de tenerla como traductora. Es la única que se ha atrevido a traducir un libro mío entero», remarca, a la vez que subraya también la importancia de la música en la poesía, ya que ella misma tiene formación como tal. «Con Xènia siento que mi música está a salvo».

Sobre A banda i banda del petó, Pavlova recuerda que escribió ese poemario hace veinte años y Dyakonova lo tradujo hace diez. Por ello, la autora confiesa que apenas se reconoce en él, porque desde entonces han sucedido muchas cosas que han endurecido su mirada, especialmente la guerra y la muerte de su marido. De hecho, este título está formado por doscientos poemas muy breves que son una suerte de cartas de amor a su entonces prometido, como si de un dietario se tratara. Con todo, Pavlova todavía alberga esperanza en su interior. «Tengo una nieta de diez meses, tengo que creer que el mundo va a mejorar», afirma, a la vez que sentencia que «la literatura sí puede mejorar el mundo».

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