Corría el año 2011. Era una época de efervescencia cultural en la que «se pusieron de moda los gremios» y una quincena de dibujantes de cómic –y amigos– decidieron pasar de Associació d'Amics i Víctimes del Còmic, liderada por Joan Miquel Morey a finales de los 90, a algo más «formal»: el Clúster de Còmic i Nous Mèdia. Cuando fueron a inscribirse como tal, cayeron en la cuenta de que tenían que nombrar algunos cargos. Así que entre cafés, en un bar de la Plaça Drassana de Palma, decidieron echarlo a suertes. El azar quiso que Bartolomé Seguí fuera el presidente y Pere Joan el vicepresidente.
Ahora, casi trece años después, el Clúster ha pasado a tener cerca de 60 miembros, entre profesionales, empresas y entidades vinculadas a este sector. Además, se acaba de constituir una nueva junta directiva, esta vez sin sorteos y con una intención muy clara: el relevo generacional. El líder de este viraje es el dibujante Gonzalo Aeneas, ganador junto al guionista Enric Pujadas del Premi Ciutat de Palma 2020 por Las olimpiadas del sufrimiento (Dolmen). «Tanto los veteranos como los más jóvenes teníamos ganas de un cambio, sobre todo generacional, pues era como si hubiera un agujero en este sentido. Hacía falta una renovación. Así que hablé con Flavia (Gargiulo) y Marta (Masana) para intentar que no hubiera tanto choque generacional. No es que tuviéramos diferencias hostiles, sino que era necesario que los más jóvenes nos sintiéramos más implicados», aclara Aeneas.
«Al principio no llegaban a 20 y ahora ya somos 59. Lo bonito es que ha entrado mucha gente joven, también muchas mujeres, que antes no conocíamos. En ese sentido, el Clúster funciona como una red de contactos. Por otra parte, nuestra manera de trabajar y de comunicarnos, más digitales, contrastaban mucho con la de los más veteranos, nuestras vacas sagradas, pero eso no es nada malo», añade Gargiulo, una de las vocales de la nueva junta, que completan Sebastià Cabot (secretario), Mateu Balaguer (tesorero) y los vocales Álex Fito (colaborador de este periódico), Florentino Flórez (que representa la Escola d'Art i Superior de Disseny), Timothy Llompart, Miguel Ángel Miranda, Enric Pujadas, Tomeu Riera, Jaume Vadell y Rafel Vaquer (presidente del grupo en los últimos años).
Pere Joan, de nuevo vicepresidente, puntualiza que «los nuevos habían trabajado más en ilustración que en cómic y eso marcaba una diferencia, aunque al final han sido abducidos un poco y los que trabajaban más en ilustración se han introducido en el mundo del cómic». Jaume Vadell es una de las últimas incorporaciones. «Cuando volví de Barcelona vi que el mundo de la autoedición no estaba desarrollado en Mallorca, así que empezamos a organizar la feria Mallorzines, que se llevará a cabo el 6 de abril entre las 10.00 y las 20.00 en el Ateneu Popular de La Fonera (Manacor, 36). Participé en el último Còmic Nostrum y formar parte de la junta es un paso más para participar del cómic en Mallorca», explica. Marta Masana también es una de las integrantes más jóvenes, aunque lleva años vinculada al Clúster. «La renovación era necesaria porque tenemos referentes diferentes y lo interesante es que haya representación de cada estilo, pues es un gremio heterogéneo y diverso donde todos tenemos cabida», recalca.
Día del Cómic
Con motivo de la segunda edición del Día del Cómic y del Tebeo que se celebra hoy 17 de marzo [día en el que, en 1917, se publicó por primera vez la revista TBO], la nueva junta del Clúster opina sobre el panorama actual. Todos coinciden en que el cómic está pasando por un buen momento. «El cómic ya está reconocido como un vehículo de expresión y el de aquí se ha convertido en una marca. Estamos de moda, el cómic lo está. Hace poco el Ministerio de Cultura lo reivindicó como medio de trabajo en escuelas y universidades, no como herramienta de estudio, sino como una forma de trabajar y aprender. Por todo ello, el Clúster tiene más sentido que nunca», subraya Mateu Balaguer, que a su vez agrega que «el momento actual es muy interesante, pero es necesario un empuje». Incluso Loterías y Apuestas del Estado festejó este sábado esta conmemoración con un décimo ilustrado con una imagen del dibujante Max, reconocido con el primer Premio Nacional de Cómic en 2007 y afincado en Sineu.
Con todo, aún quedan algunos temas pendientes. Un reclamo «histórico» es que el Premi Ciutat de Palma de Còmic tenga la misma dotación que el de Poesia, dotados con 10.000 y 12.000 euros respectivamente. Otro reto es que se retome el proyecto de fundar el Museu del Còmic en Inca, que actualmente se encuentra parado. El centro de la Part Forana -que sería el primero a nivel estatal- se basaría en la colección de Jaume Vaquer. «Hay interés por nuestra parte, por el Ajuntament y por Caixa Colonya, que es propietaria del local que a su vez ha cedido al ayuntamiento, pero tenemos que seguir empujando para que sea una realidad», concluye Balaguer.