La tradicional obra de Llorenç Moyà, L'Adoració dels Reis, se ha representado esta mañana en Ses Voltes, como mandan los cánones, venciendo de esta manera a la alerta por viento que amenazaba con suspender la función. No fue así y finalmente, entre ráfagas de viento en ocasiones bastante fuertes, el reparto dirigido por Bernat Pujol y compuesto por personalidades de la sociedad civil y política, pudo sacar adelante la ya clásica cita del Día de Reyes y lanzar al vuelo sus no menos clásicas 'morcillas'.
Así pues, desde un Herodes, bien interpretado por Xisco Ròdenas, hasta un Dimoni motorizado encarnado por un simpatiquísimo Sebastià L. Aguiló, sin olvidar la Maria de Margalida Mateu, o los Reis de Pep Lluós Cortés (Gaspar), Josep Antoni Moyà (Melcior) y Victor Uwagba (Baltasar), el texto de Llorenç Moyà resonó una vez más a los pies de la Seu, aunque tuvo que pelar contra un viento que hizo volar sillas y barreras y que, en ocasiones celoso, se colaba por los micrófonos de los intérpretes.
A pesar del soplido incesante de Eolo, la cosa avanzó y el Mestre de Cerimònies, Rafel Fiol, daba la bienvenida a un aforo que rozó el lleno para dar el pistoletazo de salida a un inicio de función en el que las 'morcillas' parecían escasear. No obstante, la segunda parte de la obra estaría bastante repleta de estos comentarios que se escapan del texto de Llorenç Moyà para tratar de manera humorística y, en ocasiones, contundente, la actualidad política y social.
En este sentido, los primeros en recibir fueron los Borbones, quienes siempre van en «buena compañía», a diferencia de Herodes. Fueron los primeros en rozar la frontera del texto de Moyà, sí, pero no los únicos. El General, interpretado por Pau Cladera, en su breve, pero divertida actuación que arrancó con una entrada a bordo de un patinete eléctrico trayendo la tierra de Jesús al siglo XXI, mencionó lo «segura» que estaba Palma, como le corresponde saber como general, pero lo llena de «'turistas que la llenan de mierda» también.
Los precios del alquiler también fueron criticados en presencia de algunos miembros del Ajuntament de Palma, como Javier Bonet, regidor de Cultura, quien recibió las 'morcillas' con humor. En este sentido, dicha fue la rima de que 'el jovent espera no haver de compartir pis amb un bou, un ase i una somera', además de reclamarse una solución a los problemas de alquiler, que no permiten ni habiar una cueva a buen precio, la especulación y Son Busquets.
La violencia machista también hizo acto de presencia ante la denuncia de las 55 mujeres asesinadas el año pasado, denuncia que fue aplaudida por el público. Este mismo hecho provocó una reprimenda nada menos que del Dimoni, quien parecía más un ángel por sus comentarios durante la función ya que no solo ordenó 'dejar a las mujeres tranquilas y, sobre todo, vivas', sino que también juzgó que el «mayor pecado mortal» que hay es el de «no consumir producto local», por ello cada vez que visita Mallorca montado en su mobilette, con la que hizo acto de presencia en Ses Voltes ante la sorpresa de los presentes, el Dimoni no olvida comprar «naranjas de Sóller, las mejores del mundo».
La guerra, finalmente, estuvo muy presente y sobrevoló constantemente el texto, el cual transcurre entre Jersualén y Belén, territorios actualmente inmiscuidos en una guerra entre Israel y Palestina. De hecho, el Ángel, interpretado por Mar López, mostró una pancarta con un contundente 'no a la guerra'. La decisión de Herodes de asesinar a los niños de Belén, ciudad palestina en la actualidad, también servía como una 'morcilla' metaliteraria calificada como «ofensa contra la humanidad».
El precio del aceite, las obras del Marítimo, la saturación de Mallorca, el blackface (pintar a los actores de negro para interpretar personajes de piel negra, algo denunciado por Uwagba, el Baltasar de este año), fueron otras de las realidades que se comentaron en una Adoració que lanzó todas sus proclamas a un viento que, con suerte, no se las llevará demasiado lejos, porque algunas son vitales. En definitiva, el reparto de L'Adoració venció una vez más al mal tiempo y logró imponerse a las ventadas a golpe de texto.