Cuando desde la editorial Bang, con sede en Barcelona, le propusieron al dibujante Pep Brocal (Terrassa, 1967) que buscara un texto clásico para convertirlo en cómic, el artista viajó al siglo XIII y lo encontró en la célebre obra de Ramon Llull: Llibre de les bèsties. «El propósito era recuperar un título de la tradición de las letras catalanas que estuviera poco explotado o revisitado, una obra que, si fuéramos un país de otra dimensión, como Inglaterra o Italia, estuviera muy presente», señala Brocal, que ayer presentó su adaptación en la Biblioteca Ramon Llull de Palma, dentro del programa del festival Còmic Nostrum, que concluye el próximo lunes.
Brocal define al mallorquín como «un sabio que, además, tenía esa locura por convertirse en un fuera de serie, que generó una cantidad de papel escrito inimaginable, con 265 obras conocidas sobre gran diversidad de temas. Era un hombre portentoso». De hecho, continúa, «solo su figura, sin tener en cuenta todo su trabajo, ya merece un Juego de tronos, una serie de Netflix». «Creo que, en realidad, Llull no ha hecho nada más que crecer, porque hay lulistas, medievalistas y filólogos que lo siguen estudiando y, cada vez que lo hacen, siguen descubriendo más y más cosas», agrega.
Vigencia
Llibre de les bèsties es una buen ejemplo de esa vigencia. «Por suerte o por desgracia, más esto último, la obra refleja todavía cómo funcionamos como sociedad. No hace falta que sea una corte medieval, puesto que también se puede ver, por ejemplo, en un aula y, en general, en cualquier espacio en el que se establezcan relaciones de poder. Y es que tenemos esa pulsión, esos motores que son muy bajos, con envidias, celos y el afán de poder, de querer siempre colocarnos por encima de los demás. Todo esto son estrategias que pone en práctica Na Renard, el zorro que protagoniza el libro de Llull», detalla.
En este sentido, Brocal puntualiza que, entre algunas licencias que se ha tomado respecto al texto de Llull –aunque manteniendo siempre su «espíritu»– es el cambio de sexo de Na Renard. «Es un personaje masculino, pero en algunas ocasiones, Llull se refiere a él en femenino. Además, la única propiamente femenina es la Lleoparda, que justamente es violada por el rey. Por ello y porque en esa época no se contemplaba la paridad ni los problemas de género, quise hacer algo al respecto», razona.
Así las cosas, Brocal señala que «mi voluntad es respetar el texto original por si alguien de cierta edad quiere acercarse a Llull pueda hacerlo tranquilamente con el libro. De hecho, a pesar de que pueda parecer, no sé si en Mallorca es así, que Llull es muy conocido y reconocido, todavía queda mucho por hacer. No es un Dante o un Cervantes. Todavía hay muchos lectores que no lo conocen», a pesar de que «la tradición literaria en catalán empieza con fuerza gracias a él».