Islas imaginarias formadas por un mosaico de ínsulas reales, figuras que no se sabe si emergen de las profundidades o si, por el contrario, se adentran en ellas. Bajo el título As Above, So Below, Xim Izquierdo y J. Taltavull evocan precisamente esa conexión tan potente y, a la vez, tan obviada en los diferentes niveles de existencia a partir de fotografías en blanco y negro.
Este proyecto, que surgió hace casi un año en el hotel Calatrava Mediterranean Sea House de Palma, viaja ahora a Zúrich (Suiza). La inauguración se celebrará este jueves por la tarde, en DT22, un espacio dirigido por el alemán Pay Fiede Clausen, que estudió y creció en Mallorca.
En la apertura habrá degustación de diferentes productos mallorquines. «Llevamos un trozo de Mallorca, visual y gastronómicamente», destacan. La muestra, formada por 87 fotografías, podrá verse durante seis semanas.
En el hotel de Calatrava, Izquierdo y Taltavull se dieron cuenta de que el horizonte, esa línea en la que se juntan cielo y tierra, era la que guiaba su proyecto y la que también lo dividía. De esta manera, Izquierdo trabajó bajo el agua, en las profundidades, mientras que Taltavull se centró en cómo se ve la Isla desde el mar.
En ambos casos, son puntos o perspectivas desde las que «no estamos acostumbrados a ver Mallorca». Pero ese exclusivo proyecto, creado a propósito para este lujoso alojamiento, siguió creciendo, aunque ambos inciden en que las fotografías conforman una serie limitada.
Magia
As Above, So Below bebe de la tradición filosófica y religiosa de la Antigüedad que sostiene que hay una correspondencia o conexión entre los diferentes niveles de realidad. Por otra parte, el proyecto de Izquierdo y Taltavull se basa también en el libro Mallorca Mágica, en el que Carlos Garrido comparte mitos y leyendas de la Isla.
De ahí, recuerdan, cogieron la idea de que Mallorca simboliza la consciencia y todo lo que la rodea a la inconsciencia, a lo desconocido y misterioso. Asimismo, el mar está relacionado con el vientre materno y el líquido amniótico y, en consecuencia, remite a lo femenino. De hecho, en estas fotografías predomina o bien la nula presencia humana o la figura femenina.
En este sentido, ambos conciben el proyecto como un toque de atención para «defender las zonas no construidas», para mantenerlas y preservarlas». El que las imágenes sean en blanco y negro, además de otorgarles un potente valor «poético», también las hace más «intemporales y, a la vez, tienen más fuerza», apunta Taltavull, especializado en publicidad. «Los colores bajo el agua son especialmente complicados, la tonalidad es muy compleja y, de esta manera, hay más armonía», razona.
En cuanto al formato, muchas de las fotografías se componen a través de dípticos y trípticos, lo que favorece la colaboración entre ambos artistas. «No queríamos hacer un proyecto dividido en el que nuestros trabajos se separaran, sino juntar nuestras propuestas y fusionarlas», detallan, mientras avanzan que «intentaremos continuar el proyecto en otros lugares, como Ibiza o Menorca, pero también nos apetece llevarlo a México, siempre con el mismo concepto de explorar el territorio desde el mar y desde el horizonte».