Maria Forteza (Mallorca, 1913-1961) fue una reconocida artista de variedades y cupletista durante los años 20 y 30. Hasta hace poco, se sabía que había tenido una cierta participación en los inicios del cine sonoro, al haber sido dobladora y haber trabajado en algunas producciones audiovisuales junto a su marido, el cineasta Ramón Úbeda. Sin embargo, en la primavera de 2020 su figura cobró un inesperado protagonismo cuando los técnicos de la Filmoteca Española, buceando en sus archivos sin catalogar, descubrieron un cortometraje documental de siete minutos y 40 segundos, datado a principios de los años 30 y titulado Mallorca, en cuyos títulos de crédito aparece como directora Maria Forteza.
Estaban ante la que podría ser la primera película sonora española dirigida por una mujer, honor que hasta entonces ostentaba El gato montés (1935), de Rosario Pi. Al enterarse de esta fenomenal noticia, Núria Abad y Marta Hierro, fundadoras de la productora audiovisual mallorquina MOM Works, se pusieron manos a la obra para contar la historia de Forteza. «Movimos cielo y tierra para encontrar a familiares vivos de Forteza, que nos explicaron su historia y nos mostraron material tan valioso como algunas de las cartas que escribió a sus seres queridos», explica Abad.
Una de las fuentes con las que contaron fue Miguel Ángel Lozano, nieto de Forteza y profesor del Conservatorio de Palma. «Un buen día me llamó un amigo para contarme que se había descubierto una película dirigida por una tal Maria Forteza, y me preguntó si era mi abuela. Hasta entonces, nadie en mi familia tenía ni idea de que hubiera llegado a dirigir filmes», asegura Lozano, quien, casualidades de la vida, acababa de componer una pieza musical dedicada a su madre, que había fallecido pocos meses antes. «Se titulaba Lisboa y estaba inspirada en los felices recuerdos que ella me había trasladado del tiempo que pasó durante su infancia en la capital lusa, donde mis abuelos se refugiaron tras la caída de la República», detalla. Allí vivieron hasta 1950, cuando él continuó el exilio en Latinoamérica, mientras Forteza regresaba con su hija a Mallorca, donde moriría una década más tarde.
Abuela
Al escuchar esta pieza, Abad y Hierro propusieron a Lozano componer la banda sonora completa de la película que estaban realizando sobre su abuela, y que se estrena este viernes en el Rívoli, en el marco del Atlàntida Film Fest, y el sábado en IB3, bajo el título Maria y la película olvidada. Se trata de un fascinante documental sobre «una mujer vanguardista, hipermoderna, valiente y con una creatividad deslumbrante, en un tiempo en que no estaba bien visto que las mujeres se dedicaran al mundo del espectáculo», destaca Abad. Hay que tener en cuenta, en este punto, que cerca del 80% de las grabaciones de esa época se han perdido, debido a que las cintas eran muy inflamables y delicadas. «Además, las tropas franquistas requisaron a mis abuelos muchísimas películas, así que es muy probable que Forteza dirigiera más filmes, además de Mallorca», deja caer Lozano.
Sea como sea, al no saber la fecha exacta en que se rodó la película dirigida por Forteza, es imposible saber si fue la primera película sonora hecha en España, si fue la de Rosario Pi o la de cualquier otra artista. «¿Qué más da? Lo importante es que ambas forman parte de un grupo de pioneras que se enfrentaron, a base de creatividad, valentía y arrojo, a las convenciones sociales de su época, haciendo una aportación fundamental a la cultura de nuestro país», remacha Abad. Bajo su punto de vista, «Maria y la película olvidada es un granito de arena en una necesaria reescritura de la historia del cine, ya que las mujeres creadoras han sido silenciadas a lo largo de la historia», concluye.