El popular actor Henning Baum (Essen, Alemania, 1972) vuelve a meterse en la piel de un padre de familia con muchos secretos, Matti Adler, en la segunda temporada de la serie germana Der König von Palma, que se ha rodado en la Isla en los últimos meses y que se ha estrenado la noche del martes en la cadena RTL. Grabada en Can Picafort y Playa de Palma, se trata de un drama familiar con el narcotráfico como telón de fondo. El intérprete avanza las claves de los nuevos episodios.
¿Cómo fue volver a Mallorca para rodar la segunda temporada de Der König Von Palma?
—Fue un gran placer, me gusta mucho esta historia. Artísticamente es un gran reto porque combina dos géneros, el thriller con un drama familiar. Es un trabajo creativo que empecé junto con los showrunners desde el principio, lo que aprecio mucho. También he cogido mucho cariño a los compañeros con los que he tenido el privilegio de trabajar en el plató, es un equipo maravilloso.
Se mete de nuevo en la piel de Matti Adler. ¿Cómo ha sido esta vez?
—Funcionó muy bien, los productores me escucharon y tuvieron buenas ideas. El engranaje de ideas es lo que al final lo hace especial. El personaje ha aprendido a andar y todos los implicados tienen una idea de lo que mueve a Matti Adler.
¿Cómo ha evolucionado el personaje?
—Es como en la vida, crece con el día a día. Matti Adler lleva dos años luchando. La gente quiere quitarle algo constantemente, quieren acabar con él y lucha contra eso. Por supuesto, eso cambia a una persona cuando está constantemente en guerra, por así decirlo. Y mi tarea como actor era crear un Matti Adler en el que se pudiera ver eso. Por decirlo de algún modo: es casi un Terminator, no conoce el miedo. Pero como todos los héroes, tiene un talón de Aquiles y es el amor por su familia. Y como en las mitologías, el héroe revela su punto vulnerable.
¿Cuál es ese punto vulnerable?
—En este caso, Matti se clava el puñal él mismo, por así decirlo, por tener una aventura, una relación amorosa con una joven [Bianca Bärwald, interpretada por Pia-Micaela Barucki] y llevarla hasta un punto en el que se ve obligado a tomar una decisión. Esta decisión va en contra de su mujer, que a su vez dice que es una decisión en contra de la familia. Y eso es lo que hace que el personaje de Matti Adler me resulte tan interesante. Por un lado, tenemos un grado muy alto de disposición a la lucha, a utilizar la violencia, que es cada vez más drástica: pero al mismo tiempo también es vulnerable. Así que es una figura muy fracturada, un personaje mixto, como diría Shakespeare.
En la primera temporada, Sandra Borgmann interpretó a Sylivie, la mujer de Matti, y en la segunda lo hace Heike Makatsch. ¿Fue un cambio para ti?
—Tengo en muy alta estima a Sandra Borgmann y disfruté mucho trabajando con ella. Así que tenía muchas esperanzas de que esto también fuera posible con Heike Makatsch. Estoy contento y agradecido de que se haya hecho realidad. La gente habla de que haya química. Así tiene que ser cuando tienes que interpretar a un matrimonio y unos procesos tan íntimos. Creo que incluso sólo nos vimos realmente el primer día de rodaje, algo que antes no era posible por razones técnicas. Ocurre muy a menudo que sólo conoces a tus compañeros más cercanos en el rodaje y tienes que ser capaz de establecer lazos muy rápidamente. Eso fue lo que ocurrió con Heike y, por supuesto, fue un regalo.
Como protagonista, está en el plató todos los días. ¿Hay tiempo para el descanso?
—Tengo que dormir y entrenar. Así que tengo que tener un cierto ritmo que sigo con mucha regularidad. Pero cuando interpretas un personaje así, también te cambia energéticamente. La energía de Matti Adler me llena, tengo que trabajar con ella como materia prima y luego deshacerme de ella. No debo ir por la vida con esa fuerza de voluntad y esa agresividad, no quiero convertirme en una persona peligrosa.
Es la segunda vez que filma en Mallorca. ¿Genera eso una relación diferente con la Isla?
—Sí, pero eso tiene que ver sobre todo con el hecho de que también ruedo con mallorquines y gente de España en el equipo. Es algo completamente distinto a estar allí sólo como turista, que no me interesaría en absoluto. Trabajar juntos es un puente excelente para conocer una cultura o un pueblo.
¿Habrá tercera temporada?
—Una tercera temporada merecería la pena desde el punto de vista narrativo. Sería muy emocionante ver qué pasa ahora.