Antes de inmortalizar al agente 007, James Bond, o de meterse en la piel del detective Benoit Blanc en Puñales por la espalda –cuya secuela llega a los cines el próximo 25 de noviembre–, el actor inglés Daniel Craig interpretó al valeroso Guy Crouchback en Sword of Honour (que en España se conoce como Soldado de honor), una cinta para la televisión británica Channel 4 que se rodó en gran parte en Mallorca de la mano de Palma Pictures en una producción que incluyó explosiones, aviones, camellos, cientos de extras y la reconversión de la Isla en Italia, Egipto o Yugoslavia.
Año 2000. Mallorca está lejos de la masificación turística que vive ahora y la productora Palma Pictures, que por entonces cuenta con apenas 7 años de vida, llega a un acuerdo con Channel 4 para producir una película para la televisión inglesa de más de 3 horas de duración. Empieza así la gran producción del año en la Isla dirigida por Bill Anderson. Mike Day, CEO actual de Palma Pictures, lo recuerda como «una gran producción» y rememora el rodaje en Selva, donde «todo el pueblo se volcó. Fue precioso».
Por su parte, Nofre Moya, que hizo las veces de ayudante de dirección, habla de aquel trabajo como «algo potente». Sword of Honour reunió «cientos de extras, incluso 300 en un solo día», con jornadas «duras» como cuando grabaron en Cala S'Almunia «con cientos de actores, explosiones, movimiento de tropas, etcétera». Además, para Moya «es un lujo ver trabajar a los británicos. Son muy metódicos y fue genial ver cómo preparaban todo».
En la cinta, pues, se puede apreciar Valldemossa como un pueblo italiano; Selva como una pequeña población llena de partisanos; el Castell de Sant Carles como un cuartel militar; la cantera de Porreres como un campamento en Egipto; además de secuencias en Cala Torta o Cala S'Almunia con desembarcos y huidas entre fuego enemigo. También hubo coches de época, camellos y hasta se contrató a una cincuentena de extras a los que les faltaba alguna extremidad para dar realismo a los bombardeos y que, según Moya, «se lo pasaron genial».
Además, «se contó con el apoyo local, incluso en Sant Carles donde suele ser difícil rodar por ser un lugar militar, pero tras contar de qué iba la historia les encantó y todo fueron facilidades», recuerda Moya. Y todo ello protagonizado por un joven Daniel Craig, que antes de tener su licencia para matar, luchó en varios escenarios de la Segunda Guerra Mundial y todo ello sin salir de Mallorca.