A principios de los 80, una jovencísima Sylvie Rancourt, nacida en 1959 en una zona rural del Abitibi (Quebec, Canadá), se mudaba a Montreal, donde empezaría a trabajar como stripper empujada por su novio y la falta de oportunidades. Artista autodidacta, empezó a escribir y dibujar unos fanzines en los que relataba sus noches como bailarina casi como una vía de escape. Entre baile y baile se paseaba por las mesas de los clientes para venderles el tebeo, que tituló Mélody à ses debuts. Fue un dibujante canadiense que se dejó caer por el local quien, sorprendido por la atención que le prestaban los clientes no al espectáculo sino al cómic, decidió leerlo. Sin saberlo ni tampoco buscarlo, Rancourt se convertía así en pionera del cómic autobiográfico y aquella obra pasaba a ser una obra de culto.
Casi 40 años después, el mallorquín Ata Lasssalle ha decidido recuperar este tesoro de las viñetas underground con su sello Autsaider Cómics, que fundó en Llubí hace una década. Es gracias a él y a su equipo, que conforma junto a David Molina y Eduard Bravo, que llegó ayer a las librerías Melody. Diario de una stripper. La historia de Rancourt podrá leerse por fin en castellano.
«Es un tebeo que conocía desde hace años. Sentía mucha curiosidad y solo había una edición antigua. Pensé que era una pena que la gente no conociera esta historieta porque me parece muy auténtica e invita a pensar distinto. Forma parte de esa colección a la que llamo los ‘incomprensiblemente inéditos', pues a pesar de que Rancourt no es muy conocida por el gran público, cosechó cierto éxito en los 90. Incluso fue nominada en 2014 en el Festival de Angulema por la edición de su obra en francés a cargo de Ego Comme X», detalla Lassalle. De hecho, la adaptación al inglés de Melody llegó a vender más de 125.000 ejemplares.
«El ambiente en el que se movía era muy turbio, con mucho sexo, drogas y otros trapicheos. Pero hay que destacar que ella no emite juicios morales sobre nada ni sobre nadie. Cuenta la situación con normalidad, aceptando las rarezas de todo el mundo. A nuestros ojos puede ser una víctima, pero ella no lo considera así. Lo lleva con naturalidad. En este sentido, me parece muy especial. Es una narradora intuitiva, no una eminencia que haya leído muchísimo o cuente con muchos referentes. Tiene una gran habilidad de saber contar las cosas y a la vez tiene mucho que contar», subraya. Además, llama la atención el «contraste brutal» entre el estilo «naíf y preadolescente» y el contenido de las historias.
Por otra parte, la edición de Autsaider Cómics incluye un prólogo del reputado dibujante estadounidense Chris Ware, «máxima autoridad del cómic mundial», autor de Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo, colaborador del The New Yorker y distinguido con el Gran Premio de Angulema 2021. Lassalle recuerda que esta traducción al castellano se ha llevado a cabo a partir del sello Drawn & Quarterly, que publicó el libro en inglés en 2015, y del agente de la artista, que ahora tiene 63 años y vive en medio del campo, aislada, desconectada del mundo, sin internet ni teléfono móvil. «Pero sigue escribiendo guiones», avisa Lassalle, quien también sigue editando otros desde la cocina de su casa en Llubí. Sin embargo, los curiosos que busquen más información sobre este sello comprobarán que la dirección postal no está en Llubí, sino en Sineu, donde la oficina de correos tiene un horario más flexible. Una razón sencilla, pero que refleja muy bien ese aislamiento al que, voluntariamente o no, están sometidos los artistas, como Rancourt, y también por el lema vital de no tomarse demasiado en serio ni la vida ni a uno mismo, como defiende el impulsor de Autsaider Cómics, sello independiente, pero «sin vocación intelectualizante».