Síguenos F Y T L I T R

Ernesto Castro, filósofo: «Sócrates no era tan diferente a un ‘troll’ de Twitter de esos que molestan todo el día»

El pensador e ‘influencer’ presenta el sábado en Palma su primera ficción ‘Jantipa o del morir’

El filósofo Ernesto Castro, en una imagen promocional. | ASÍS G. AYERBE

| Palma |

En un mundo tan acostumbrado al ‘zasca’, el ataque personal, la reducción al absurdo y la prácticamente nula intención por la comprensión del otro, el filósofo Ernesto Castro se sale de la norma con Jantipa o del morir, su primera ficción que busca reivindicar el diálogo no solo como género, sino como acción. Ya el título apunta una dirección clara: Jantipa es el nombre de la mujer de Sócrates y este libro es el primero de su Trilogía Platónica, en el que pone a debatir a varias mujeres a las puertas de la muerte en Auschwitz. El autor presentará el libro el sábado en RataCorner junto al crítico y escritor Josep Maria Nadal Suau, con quien, además, conversará del placer y refugio que puede suponer la filosofía, el pensamiento y el gozo de la argumentación sosegada cuando la realidad que nos circunda no es –y, por desgracia, suele ser el caso– cómo nos gustaría.

Se presenta el libro como novela, pero es más una recuperación del diálogo como género.
—Bueno, yo creo que el género de la novela es inclasificable en sí mismo. En cuanto al diálogo, diría que es el género filosófico por excelencia en cuanto permite la argumentación y contraposición de ideas. En este caso se redacta desde la muerte de Edith Stein, rebautizada como Teresa Benedicta de la Cruz y hay un paralelismo entre la muerte de Sócrates, cuando prefirió morir y cumplir las leyes de su ciudad, y ella, que prefiere cumplir las leyes de sus creencias religiosas.

¿Cómo da con la figura de Stein?
—Doy con ella cuando descubro un diálogo que escribió en el cumpleaños de su maestro, EdmundHusserl, donde Husserl habla con Santo Tomás y me di cuenta de que ella era el equivalente a Platón en el siglo XX. Además, documentándome, pude saber que la Resistencia en los campos de concentración no saboteaba las muertes de los suyos, sino que reemplazaban nombres, y a Stein se le plantea morir o ser sustituida por un kapo colaboracionista y ella prefiere mantenerse en la lista.

Platón está muy presente pero ¿cuánto se ha distanciado de él?
—Suelen identificarse las opiniones de Platón en boca de Sócrates, pero no es del todo correcto a mi juicio, porque Sócrates hace de maestro de ceremonias y no tanto de intérprete. Así pues, yo no escribo mis ideas y las pongo en boca de Stein, sino que las reparto por todos los personajes de una forma más o menos equitativa, lo cual puede ser entendido como platónico o antiplatónico.

¿Cuál es la principal intención que busca con este libro?
—Principalmente homenajear a Platón y pagar mi deuda con él. Por otro lado, quitarme el gusanillo de escribir un diálogo y, además, adentrarme en el mundo de la ficción, uno de los más privilegiados y, de este modo, purgar una necesidad. Pero el libro ahora ya es de los lectores, no es como si con cada título que publico me saliera una nueva extremidad.

Portada del libro.

¿Satisfecho con el resultado?
—Muchísimo. Hasta que ella venga a verme, la muerte ya puede quedarse lo más lejos posible de mí.

En un mundo tan acostumbrado al ‘zasca’, ¿qué cabida tiene el género del diálogo en él?
—Eso depende de los que lean el libro, pero el ser humano usa el pensamiento para convencer y engañar. Todo argumento que llega a conclusiones es engañoso. La novela retrata la incompatibilidad de uno consigo mismo y con las opiniones de los demás, pero reivindica el diálogo más sano: el que no trata de convencer. En cuanto a los ‘zascas’, Sócrates, sin ir más lejos, no era muy diferente de un troll de Twitter molestando todo el día, y hacía, con la ironía, lo que se hace en redes: ridiculizar al otro.

¿La filosofía puede y, sobre todo, debe salir del despacho?
—Es que nunca ha estado en uno, siempre ha estado fuera del despacho y las pocas veces que ha tenido uno, no le ha durado porque su esencia es estar en la calle, peleándose con todo el mundo. No es el lugar en el que deba estar, es donde ya está.

¿Hay alguna filosofía que se adapte mejor a la actualidad?
—Cicerón decía que ‘no hay nada absurdo que no haya pasado por la cabeza de algún filósofo’. Creo que en cada siglo hay seguidores de todas las escuelas y cuando llegue el próximo gran autor lo sabremos porque pensaremos y usaremos categorías diferentes, que ya estaban ahí, pero que serán aglutinadas.

¿Es el libro una apología del placer de argumentar y del refugio que supone la filosofía en circunstancias adversas?
—La respuesta a eso es clara y corta: un rotundo sí. Abrir un libro hoy en día ya es un gran mérito, pero llegar al final tiene algo de bondadoso.

Lo más visto