La ortografía en las calles tiene una nueva policía. El primer libro de Cris Planchuelo, El increíble caso del apóstrofo infiltrado, reúne a la protagonista Leo Ibáñez con su equipo especial: su fiel asistente Perico y el lector. Estos salen por la ciudad para resolver todo tipo de casos «policíacos» ortográficos. El volumen se presenta este sábado a las 12.00 horas en la librería Drac Màgic.
Planchuelo es pedagoga, comunicadora y, además, se dedica a enseñar técnicas de redacción y estilo. «La obsesión por la ortografía se la debo a mi padre. Siempre me estaba corrigiendo y me enseñó un mundo lleno de matices», confiesa. Además, comenta que «para mí es difícil desconectar de la corrección para centrarme en el contenido».
Sobre la protagonista del libro admite que «Leo lleva pistola, yo no. En todo lo demás, salvo pequeñeces como su coche vintage, sus contactos con las altas esferas y algunos pequeños aspectos más, somos idénticas».
Además, a Leo Ibáñez le duele ver los mismos fallos que a Planchuelo. «Los gerundios mal usados me matan, también los dequeísmos y los subjuntivos que se usan en lugar de los indicativos», reconoce entre risas a la vez que matiza que «nadie sabe lo que es escribir perfecto. Lo más importante, y a la vez más difícil, es que te entiendan sin ningún esfuerzo. He visto a completos analfabetos que hacen cosas grandiosas, y a gente cultísima que es insoportable».
Evolución
El idioma y la manera de comunicarnos está evolucionando con la entrada de las nuevas tecnologías. «El lenguaje del smartphone no me preocupa porque es un registro oral, pero pasado a la pantalla. ¡Es un idioma nuevo! Lo que me preocupa mucho es el sistema educativo, que no consigue transmitir lo divertido que es leer y escribir», afirma.
Otro de los nuevos cambios, y polémico, en la lengua es el de la aplicación del lenguaje inclusivo sobre el cual Planchuelo se posiciona claramente «a favor» de su uso. «Hago verdaderos esfuerzos por utilizarlo. Mi libro es inclusivo y no encontrarás sexismo, edadismo, racismo, capacitismo ni homofobia, transfobia o gordofobia. Creo que educar en eso es más importante que la ortografía; evita más sufrimiento», explica. La presentación de su libro en la Isla es algo muy «especial» para ella. Planchuelo pasó aquí su infancia cuando todo estaba virgen y asegura que «es mi lugar favorito en el mundo. Aquí tengo maravillosas amigas, y aquí paso mis veranos porque no hay nada más bonito que nadar sobre estos fondos tan alucinantes».