El viaje centró la última edición de las Converses Literàries de Formentor, que terminaron ayer en Sevilla bajo el lema de Náufragos, peregrinos y argonautas. La remodelación y cambio de propietario del hotel Formentor provocó que, en esta ocasión, las célebres erudiciones sobre clásicos de la literatura tuvieran lugar lejos de Mallorca, en el hotel Barceló Renacimiento de la capital andaluza. Comienza así una itinerancia sin conocer si regresará a la Isla y que hace pensar en lo que sucedió en los años 60, cuando la censura franquista motivó que el Premio Internacional y el Prix Formentor acabaran concediéndose Túnez, Salzburgo y Corfú, antes de desaparecer.
En el programa de ayer, una mesa dedicada a los argonautas de la literatura contó con Patricia Almarcegui, Pilar Rubio, María Belmonte, Jesús García Calero y Miquel Molina. Fue presentado un sello de Correos, dedicado al Premio Formentor, que se lanza con una edición de 160.000 unidades. Pilar del Rio anunció los actos del Centenario José Saramago, al lado del comisario del evento, Carlos Reis.
Philippe Claudel habló de Viaje al fin de la noche de Lous Ferdinand Céline, Jean François Botrel lo hizo de El camino inmortal de Jean-Christoph Rufin, y Lídia Jorge, Premio de la Feria del Libro de Guadalajara (México) en 2020, disertó sobre Um Bailarino na Batalha de Hélia Correia. Fue César Aira, Prix Formentor 2021, el último en intervenir, turno que aprovechó para analizar la obra del viajero Ulrico Schmidl. Precisamente, una mesa redonda reunió el domingo a algunos de los editores internacionales del novelista argentino y, en otra charla, los miembros del jurado justificaron su elección por Aira.
El mismo día, se homenajeó al escritor y editor italiano Roberto Calasso, premio Formentor 2016 por el conjunto de su obra, fallecido el pasado mes de julio. El mallorquín Basilio Baltasar, presidente de las Converses, comentó que «esta debía ser una mesa para presentar al comité de honor de la Fundación Formentor, con Roberto Calasso, Jorge Herralde y Antoine Gallimard, en representación de tres casas editoriales de referencia (la italiana Adelphi, la española Anagrama y la francesa Gallimard)», y detalló que «cuando Calasso nos dejó, decidimos que esta mesa sería un tributo a su memoria y un enorme agradecimiento». En ese sentido, Herralde y Gallimard se dedicaron a rememorar su relación con Calasso, con anécdotas, experiencias compartidas y apuntes biográficos, que sirvió para imaginar las reuniones de los años 60 en la península de Formentor, en las que editores como Carlos Barral, Antoine Gallimard, Giulio Einaudi o Henrich Rowolt recompensaron a grandes autores como Jorge Luis Borges, Samuel Becket, Saul Bellow, Witold Gombrowicz, Dacia Maraini o Jorge Semprún.
Una decena de mallorquines se desplazó a Sevilla para seguir las Converses, abiertas al público en general, entre los que se encontraban algunos miembros de un club de lectura de Portocolom. Además, Joan Carles Martorell, director de IB3 Televisió, asistió en representación institucional. Asidua a Formentor, Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes (ganador del premio en 2011) no quiso perderse las jornadas, que estuvieron presididas por los promotores Simón Pedro Barceló y Marta Buadas.