Hace poco más de un año, el 21 de junio de 2020, finalizaba el último estado de alarma decretado para afrontar la crisis sanitaria. Apenas un mes después, Lolita Flores presentaba su productora teatral, Lerele Producción, en honor a la casa de su madre, Lola Flores. El estreno de esta nueva empresa se celebró con la obra Llévame hasta el cielo, que reabrió las puertas del Teatro Galileo de Madrid el 15 de julio del año pasado. Este fin de semana, Lolita y Luis Mottola, su compañero de reparto, se subirán al escenario del Auditòrium de Palma con esta propuesta un tanto claustrofóbica que tiene lugar entre dos desconocidos que se quedan atrapados en un ascensor. La primera función será este sábado, a las 21.00 horas y, la segunda, el domingo a las 18.00.
Mottola interpreta a Marcelo, un hombre «atormentado y despechado que necesita resolver de alguna manera el engaño que ha sufrido por parte de su mujer y de su mejor amigo», cuenta el actor. «Y la manera que elige es la venganza. Con ese propósito se dirige al último piso del edificio, pero de pronto entra Ángela (Lolita) en el ascensor y se quedan encerrados. Ella es una mujer muy histriónica que todavía lo desespera más», apunta.
Lo corrobora la actriz, quien añade que «Ángela es una mujer muy pija, muy estirada y muy cursi, aunque intenta por todos los medios que Marcelo desistía de matar a dos personas por celos. y que no arruine su vida. En este sentido, es un personaje mágico, que saca todas sus armas de mujer». Efectivamente, la magia tiene un papel muy importante en Llévame hasta el cielo y Mottola detalla que «es una magia que está en la vida misma, en las cosas cotidianas que nos suceden, que no imaginamos que podrían suceder».
«Marcelo sufre un momento de mucha ansiedad y desesperación justamente con la persona menos indicada y que menos se esperaba. Y precisamente allí está la magia, porque esa persona le hace ver la luz», matiza.
A pesar de que puede parecer un personaje oscuro, Mottola advierte que no lo es, pues «desde el primer momento plantea claramente lo que piensa hacer, no lo oculta».
Por otra parte, aunque la obra contenga elementos más trágicos o dramáticos, Llévame hasta el cielo es sobre todo una comedia, aunque «bastante especial». Y es que este encuentro fortuito en un ascensor propiciará reflexiones acerca del mundo en que vivimos y, especialmente, sobre la libertad.
Ciertamente, Lolita asegura que la comedia es un formato que bien permite la reflexión y la introspección. «Muchas veces, con tantas risas, terminas llorando», indica. De hecho, la intérprete afirma que «hacer comedia es muchísimo más difícil que hacer drama. El humor es diferente en cada persona, pero el dolor, aunque hay muchos tipos y niveles de sufrimiento, siempre es el dolor». Asimismo, sobre en qué género se encuentra más cómoda, la artista declaró que «me siento cómoda cuando las cosas las hago de corazón, sea cantar, presentar un programa, Tu cara me suena o El Hormiguero. Todo lo hago con ganas y alegría».
Sobre el título de la pieza, Mottola explica que «cada uno puede entenderlo a su manera, pues el cielo es una metáfora con distintas connotaciones». «Todos queremos ir al cielo y no sabemos ni qué es, es algo que nos inculcaron y que nos metieron en la cabeza. Pedimos cosas al cielo, a alguien que ni hemos visto ni conocemos. Respeto las creencias de cada uno, pero para mí Llévame hasta el cielo hace referencia a la libertad, a encontrar la luz y la felicidad. El ascensor va hacia arriba, al cielo», relata el actor.
A su vez, ese ascensor y ese quedarse atrapado, puntualiza Lolita, es también un guiño al confinamiento y al encierro. Con todo, Mottola insiste en que no la definiría como una pieza claustrofóbica, sino incluso liberadora.