Anthony Hopkins ganó este domingo el Oscar al mejor actor por The Father, con el que se convierte a sus 83 años en el ganador más mayor de la historia de los premios.
La Academia de Hollywood entregó este galardón al final de la ceremonia, una decisión poco habitual ya que suele ser un momento reservado para la mejor película y que esta vez estaba precedido de gran expectación por conocer si Chadwick Boseman se llevaría un Óscar póstumo.
Finalmente, Joaquín Phoenix anunció el premio para Hopkins, quien no apareció en la retransmisión. En El padre, el actor de origen galés retrata el sufrimiento de un anciano que sufre demencia y siente cómo sus capacidades cognitivas empiezan a mermar.
Era la sexta nominación al Oscar para Hopkins, quien ya había ganado la estatuilla por su aclamado Hannibal Lecter de El silencio de los córderos (1991) y también figuró en la edición del año pasado en la categoría de reparto por Los dos papas.
Su personaje vulnerable, totalmente opuesto al de Hannibal Lecter, ha devuelto al veterano intérprete a la primera línea de la temporada de premios, pues ya se llevó el BAFTA, que agradeció con un mensaje en el que aseguró haber vivido una «experiencia increíble» con la cinta.
Por el estreno de la película, Hopkins explicó en una entrevista con Efe que cuando leyó el guion sintió algo parecido a lo que le ocurrió con El silencio de los corderos. Supo al instante que quería hacerlo.
«Cuando llegas a los 83 años, no sé si eres más listo o más estúpido, pero desde luego no pierdes el tiempo pensando demasiado en ti mismo», añadió al hablar sobre su trabajo junto a la británica Olivia Colman.
«A la hora de actuar, simplemente lo hago y ya está, y con una actriz al lado como Olivia, un director maravilloso (Florian Zeller) y un buen guion como este, eso es lo más importante», aseguró.
Hopkins se impuso a Riz Ahmed (Sound of Metal), Gary Oldman (Mank), Steven Yeun (Minari) y Chadwick Boseman (La madre del blues), este último fallecido a los 43 años por un cáncer de páncreas.
Boseman triunfó de manera póstuma en los Globos de Oro y los premios del sindicato de actores (SAG Awards) y muchos apostaban por un homenaje de la Academia en forma de Óscar que finalmente no se produjo.