El concierto de Love of Lesbian de este sábado fue todo un experimento para la vuelta de los conciertos masivos. Con fuertes medidas de seguridad, más de 5.000 seguidores del grupo barcelonés devolvieron la música al Palau Sant Jordi después de más de un año de pandemia. Por fin, los fans de la banda podían volver a bailar y disfrutar de la música en directo con una única condición: un cribado con test de antígenos, pero sin distancia social.
La plataforma Festivals por la Cultura Segura, organizadora del concierto de Love of Lesbian ha aplaudido «el civismo y la emoción» que protagonizaron el encuentro. En un comunicado este domingo, ha celebrado que esta prueba piloto suponga «un ejemplo de unidad del sector de la música en directo, de la comunidad científica, y de administraciones y patrocinadores comprometidos» en buscar soluciones y metodologías que permitan volver a programar conciertos masivos.
También ha puesto en valor «la comprensión de las medidas sanitarias» por parte de los asistentes, que se realizaron previamente un test de antígenos rápido (TAR) para poder acceder al recinto, y que también llevaron en todo momento una mascarilla FFP2. Los organizadores obtendrán los resultados y «datos concluyentes» el próximo 10 de abril, que se comunicarán tras haber sido contrastados con los de la Conselleria de Salud de la Generalitat.
A pesar de la gran acogida que tuvo el concierto, han sido muchos los que han criticado en redes sociales la prueba piloto. Algunos lo tildan de «irresponsabilidad», mientras que otros aseguran que si se hubiese celebrado en Madrid ahora se estaría «criticando cruelmente» a Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad.
Por otra parte, algunos aplauden la iniciativa y aseguran que se trata de un paso más para regresar a la normalidad. Aun así, en plena escala de casos de coronavirus en España, el debate sobre el evento esta servido: ¿prueba segura o irresponsabilidad?.