Llega la última noche de un año que no recordaremos sonriendo. Para empezar a cambiar eso, y dando por hecho que ya nos hemos atiborrado de películas navideñas –y polvorones–, tocan títulos menos habituales. Al fin y al cabo, si algo hemos aprendido, es que es más divertido mojar a los Gremlins que dejarlos secos.
Aparecen títulos para un fin de año curioso como el de Mi gran noche, de Álex de la Iglesia, quien también trata la Navidad en su mítica El día de la bestia. Otra opción es la inglesamente divertida última noche de 1991 de Los amigos de Peter.
Aunque para Nochevieja la de El fin de los días, con Arnold Schwarzenegger a lo héroe salvando al mundo. Para los románticos, el reencuentro in extremis de Cuando Harry encontró a Sally, pero si hay un momento en Nochevieja que es un antes y un después es el de El Padrino II entre Michael y su hermano Fredo.
Y pasamos de las gamberras Elf del inigualable Will Ferrell o El Grinch del irrepetible Jim Carrey a al terror en Ana y el apocalipsis o el Santa Claus malvado de Saint. Sin embargo, si hay un Santa malo, ese es el robótico de Futurama, serie que, por cierto, arranca en un Fin de Año desastroso para su prota, Fry. No obstante, si hablamos de Navidades para olvidar –nunca mejor dicho–, la de Mr. Robot se lleva la palma. Sin obviar el eterno bajar de la bola en Los Simpson. Aunque a eternidades nadie gana al Overlook de El Resplandor y su fiesta entre muertos y sangre con ansias de ascensorista. Tampoco olvidamos el slasher de El tren del terror, con Jaime Lee Curtis huyendo –otra vez– de un asesino o Fin de año maldito.
Viaje apocalíptico
Por último, acabamos con Bong Joon-Ho que arrancó 2020 triunfando en los Oscar con Parásitos –sí, fue este año– y ofrece un viaje apocalíptico a bordo de Snowpiercer. Y si esto no convence, siempre podemos acompañar al buque Poseidón y su fatal hundimiento en Nochevieja en la que esperemos que sea una travesía inversa a la del año que arranca.