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Toni Gomila recupera en ‘Aquell carrer' la «memoria de la gente mayor»

La pareja protagonista formada por Toni Gomila y Catalina Florit.

| Palma |

El barrio es un espacio único y, al mismo tiempo, como cualquier otro. Sus gentes lo hacen imposible de emular y le dan ese toque tan personal, irrepetible. Da igual a qué barrio se vaya, todos son igualmente diferentes y diferentemente únicos. Y las historias que ocurren en sus calles son, al mismo tiempo, inigualables, no obstante, si uno no se mueve y las buscas, estas se pierden y caen en el olvido del mar sin fin de los sucesos urbanos. Para revertir esta amnesia, el dramaturgo Toni Gomila, junto a la actriz Catalina Florit y el director Ferran Utzet reconstruyen en el Espai El Tub el próximo 26 de noviembre Aquell carrer, obra que recoge «historias, anécdotas y vivencias» del barrio de sa Torre de Manacor y, a partir de ellas, «poner en valor las relaciones humanas».

Y estas relaciones humanas, sin ser exclusivamente así, van dirigidas de manera prioritaria hacia «la gente mayor». Ellos son las principales fuentes del texto que se ha nutrido de «entrevistas, documentación y conversaciones». Gomila no oculta que es posible que «el confinamiento haya sido una influencia» al «pasar mucho tiempo en la ventana o en el terrado mirando al barrio». Para él, «ver cómo un edificio se ha construido en diferentes etapas e imaginando a las vidas que lo han habitado, es inevitable que en la calle te den ganas de preguntar y hablar de ello».

Así fue como el autor continuó con una faceta por la que es conocido, la de «recuperador de historias», aunque en esta ocasión la memoria a la que se asomaba no era la propia, sino la de la gente de su barrio. Los vecinos que le rodean y que han vivido allí durante años. «Con tanto tiempo en casa puede surgir la necesidad de ir a lo cercano, a las historias próximas».

Esta vertiente de Gomila es conocida, aunque él mismo reconoce que ahora es «más madura y más trabajada». Lo más delicado de todo, a primera vista, era inmiscuirse en las vidas de otros, en sus recuerdos, pero «fue muy agradable» y reconoce que «no me he sentido ningún intruso porque hablar con la gente mayor les hace sentir vivos, compartir sus vidas es convivir con ellos».

Humanismo

En los tiempos que corren, además, para Gomila «esta obra se adhiere perfectamente a ellos porque necesitamos más que nunca salir por la mañana y tanto dar como que nos den los buenos días; o ir a dos casas más allá, donde vive este vecino mayor, para ver si necesita algo». En resumidas cuentas, «necesitamos convivir y recuperar el humanismo. Todo esto es importantísimo».

Y no le falta razón a Gomila, que reivindica el trato con la gente mayor en una época en la que muchos se han podido sentir muy solos o, incluso, vulnerables, con la situación pandémica. Ante ello, «el simple gesto de dedicarles unas horas es suficiente». Aunque él fue más allá y decidió articular un texto «muy transparente en el que mostramos sin ficción cómo hemos llegado a estas historias». De este modo, el texto de Gomila que interpreta junto a Florit se estructura en torno a las entrevistas con estas personas, aunque «no sin renunciar a lo poético», declara Gomila.

El estreno será el día 26 con un aforo al 50%, consciente de que «nos jugamos mucho» y sin ocultar que «hay un esfuerzo que está ahí», pero con la seguridad de que «la gente es muy respetuosa y la cultura, lo ha demostrado ya, es segura», remata el dramaturgo.

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