El último fin de semana de este mes de noviembre, los días 28 y 29, el Teatre Principal de Palma será el escenario de un acontecimiento histórico. Acogerá la obra El combat del segle, sobre la victoria de Jack Johnson, el primer afroamericano que se proclamó campeón mundial de pesos pesados, y que encarna el actor Armando Buika en lo que será su debut como protagonista en su tierra, Palma. Y lo hará en catalán. Buika se medirá en el ring con el intérprete Àlex Brendemühl.
Es su gran debut.
— ¡Se puede creer que habiendo nacido en Son Dureta y siendo actor desde hace más de 20 años el año pasado fue la primera vez que actué en casa! Fue con ¿Quién es el señor Schmitt?, con Javier Gutiérrez y Cristina Castaño, en el Auditòrium. Poco después me llamó Denise Duncan, porque cuando escribió el personaje vio que yo podía ser el único en España capaz de interpretar este papel. Además, lo haré en catalán, también por primera vez.
¿Cómo es Jack Johnson?
— Es difícil de encasillar y el reto fue interpretarlo sin juzgarlo, porque si lo haces entras en una contradicción constante. A priori puede ser muy polémico, pero que a lo largo de la obra entiendes sus motivaciones. A nivel personal he tenido que desprenderme de muchos tabúes, pues se drogaba y frecuentaba prostíbulos. Estamos en torno a 1910 en plena era de racismo y segregación en Estados Unidos y a Johnson le encataba ir con mujeres blancas, algo muy mal visto. Sin embargo era el campeón de los pesos pesados y nadie podía toserle. La sociedad norteamericana le convirtió en un villano atribuyéndole cosas que no se sabe si son reales o no.
Johnson ganó ni más ni menos que a ‘la gran esperanza blanca'.
— Rescataron a Jeffries porque no había ningún boxeador capaz de ganar a Johnson. Jeffries se había retirado invicto y lo rescataron para que se enfrentara a él. Fue el primer combate televisado mundialmente y lo llamaron ‘el combate del siglo' porque hicieron que fuera una cuestión entre negros y blancos. La victoria de Johnson desencadenó una ola de disturbios en Estados Unidos, a Johnson le atribuyeron un delito y tuvo que escapar a Barcelona. Al llegar el choque fue brutal porque no le miraban mal por ser negro.
Qué duro.
— Hay momentos en los que el espectador se sentirá incómodo, pues hay escenas que transcriben palabra por palabra lo ocurrido con Johnson, los insultos y el juicio son reales. Mi compañero y yo a veces teníamos que parar un momento el ensayo porque era muy duro.
Interpretar a una persona que vivió atrocidades por ser un negro, debió de suponer también un reto.
— El reto ha sido no dejarme llevar por el sentimiento que produce que te llamen negro. Es muy fácil juzgarlo a la ligera, pero si tienes en cuenta que vivía en un país en el que tu color de piel es un hándicap y hace que te consideren un despojo humano por tu color de piel... Aparte de hacer un viaje hacia el personaje, hice un viaje interior muy intenso. Es un personaje complejo que nunca ha sido un referente en la comunidad afro porque era un tipo difícil de encasillar. Obama se negó a indultarle y Trump, que es muy polémico y siempre va a contracorriente, sí que lo indultó [en mayo de 2018]. Me gustaría saber los motivos que tuvo Obama.
¿El racismo está presente en la obra?
— Está, pero no se habla expresamente de él. Es una historia de amor, superación, de cómo uno se enfrenta a sus demonios y cómo pueden condicionar su vida. Al final sus miedos le condicionaron completamente. Otro elemento muy positivo es que es la primera vez en España que una directora afro escribe una obra sobre un personaje afro e interpretado por un actor afro. La pieza es muy feminista y la mujer tiene un peso primordial. Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer.
Eso no parece muy feminista.
— Quiero decir que le da impulso, energía, una visión diferente a la suya. Siempre es una mujer la que da una perspectiva que pasa desapercibida para ti. Nuestra condición de hombres nos hace mirar solo en una dirección. Incluso si no fuera por las mujeres con las que estuvo, Jack Johnson no hubiera sido lo que fue. En mi caso, los valores en la vida me los ha dado mi madre y mi abuela.
Como cofundador de The Black View, ¿qué opina del movimiento Black Lives Matter?
— Aplaudo este movimiento y lo entiendo, pero no quiero que se confunda. En España no nos mata la policía, nos persigue. A su vez, es curioso que en España han equiparado la lucha de manteros y sin papeles con algo racial. Me gustaría separar eso.