Entrar en el estudio de Albert Pinya es como adentrarse en el mundo ‘al revés' de la serie Stranger Things. Un mundo universo en el que la realidad no tiene cabida. El artista habla en esta entrevista de trabajo, constancia y de Picasso. De este último, uno de los grandes pintores del siglo XX, recuerda que decía que «la inspiración tiene que pillarnos trabajando».
Aunque parezca mentira, Pinya tampoco cree en la inspiración divina ni siquiera en las musas. Durante la Nit de l'Art de Palma, el día 21 de septiembre, presentará dos obras: un políptico de ocho paneles en el Casal Solleric y una exposición conjunta en Es Baluard. Ambas estarán expuestas hasta enero de 2021. En paralelo, el 4 de septiembre inaugura en Milán el que será su segundo mural público en el extranjero. Lo titula así: No seas una marioneta, no creas todo lo que ves.
Fueron meses indagando en los archivos históricos de la Cittadella degli Archimi (Ciudadela de los archivos) de Milán. A través de un programa de intervenciones públicas, comisariado por Rossella Farinotti, seis artistas invitados –entre ellos Pinya, el único español– intervendrán en la rehabilitación de esta zona con obras inspiradas en una exposición que hizo Burattini Marionette, en el Palacio Real de Milán, en los 80.
Marionette
Pinya, después de seleccionar temas en el archivo, llegó hasta el teatro de marionetas de Marionette. El artista realizará un tríptico en el que aparecen personajes como el titiritero, «el que maneja los hilos de la gran comedia que es la vida». Pese a esa referencia a Marionette, Pinya también quiere homenajear en ese trabajo a Carlos Mensas, un pintor catalán de finales de la época conocido por su corriente expresionista. El artista viajó ayer a la ciudad italiana y está previsto que finalice el mural en 10 días.
Una vez abandone Milán, regresará a la cueva para finalizar las dos obras que presentará en la Nit de l'Art. En esta edición, colaborará en una exposición conjunta en Es Baluard titulada ¿On rau la realitat? y que comisarían Biel Amer, Catalina Joy y Soad Houman. «Es una radiografía de artistas baleares nacidos entre los 70 y 90, años en los que aparece el arte más rabiosamente actual», asegura. Más de 10 creadores participan en esta muestra, entre ellos Irene de Andrés o Tomas Pizà.
Albert Pinya preparará una instalación compuesta por un mural y una serie de «artefactos pictóricos» (esculturas). «El objetivo es intentar de lo invisible algo visible». Lo titulará Coreografía de artefactos pictóricos frente a dos personajes observando un frenesí. Por otra parte, Pinya detalla la segunda obra que presentará en el Solleric para la Nit de l'Art. A partir de la segunda quincena de septiembre, la Planta Noble la invadirán ocho telas.
Es una exposición que nació durante un programa de residencia en Pekín y que contó con el apoyo del Institut d'Estudis Baleàrics. Allí trabajaron, codo con codo, cinco artistas mallorquines y cinco artistas chinos. «Ahora será en el Solleric donde trabajemos los mismos en otro proyecto», añade.
La pieza será un políptico en el que el artista recupera el dibujo, como si se cogieran todos los dibujos animados, personajes ficticios, series, películas y se plasmaran en un rectángulo más largo que ancho. Aparece David Bowie, David Lynch, Padre de Familia, los caminantes blancos de Juego de Tronos o incluso aquella nube azul tan ‘pinyesca' que pintó en la antigua discoteca Cultura Club, cerrada desde 2014.
Reflexión
Antes de finalizar la entrevista, hay un momento de reflexión. ¿Por qué eres pintor? Pinya dice que para él el arte no es un oficio, sino la manera con la que se relaciona con el mundo. Cree firmemente en la «disciplina, sacrificio y esfuerzo».