A todo amante de Queen le hubiera gustado estar entre el público ese 12 de julio de 1986 en el estadio de Wembley, en Londres. Allí tuvo lugar el concierto más icónico de la banda, y quizá de la historia. Por esta razón, el reto que se marca la formación tributo Queen Forever es mayúsculo: recrear con la mayor exactitud posible dicha actuación. Ya lo hicieron con éxito hace unos meses, en el Teatre Xesc Forteza de Palma, y el próximo 18 de noviembre tendrán una nueva prueba en el Auditòrium.
«Es uno de los grandes grupos de la historia moderna. Cada uno de ellos era una estrella y tenía un papel importante en la banda», asegura Gabriel Abrines, bajista en el papel de John Deacon. Junto a él suben al escenario Bart Sanders, como Freddie Mercury; Adrián Pujades, como Brian May, y Tony Torrens, como Roger Taylor.
En su experiencia hasta el momento, «la recepción del público es brutal, nunca había vivido nada parecido. Te metes mucho en el papel y la gente se entrega desde el minuto uno», asegura el bajista. No obstante, también hay detractores de las bandas tributo. «En algún momento pasará con el rock lo que pasó con la clásica, ¡la gente lleva cientos de años interpretando a Mozart y nadie se queja! Queen es herencia musical, como pueden ser The Beatles», asevera.