«Hasta que empecé a jugar a Pokémon Go veía edificios y esculturas por la calle y ni siquiera me planteaba qué eran o quién las había hecho. La verdad es que creo que he aprendido bastante cosas», reconoce Marta Campoy, una de las muchas personas que, gracias a recorrer su ciudad mientras juega a Pokemon Go ha conocido más de sus calles y lugares emblemáticos.
Las ‘pokeparadas' pueden ser restaurantes o parques. Escuelas o graffitis callejeros. Pero también son elementos culturales, como el Teatre Catalina Valls de Palma, la popular ‘casa al revés' de Dennis Oppenheim, el Casal Balaguer o la entrada del Poble Espanyol. Junto a cada una de las imágenes aparece el nombre de la misma y arroja un poco de luz sobre ella, en ocasiones acompañada incluso por una pequeña explicación.
Los gimnasios Pokémon, lugares en los que se reúnen para combatir, también vienen acompañados por lecciones de arte o historia. Es el caso del gimnasio situado en el monumento de sa Feixina, que pese a la polémica que acarrea era un desconocido para los jóvenes.
Uno de los descubrimientos más recientes es el hecho de que los ‘pokémons' más raros, aquellos que no suelen salir en un simple paseo por la calle, aparecen en los lugares más emblemáticos de cada ciudad, en eventos especiales.