Jorge y César Cadaval, Los Morancos, llevan más de media vida sacando sonrisas a la gente. Su forma predilecta de hacerlo, sin embargo, es sobre un escenario, desde el que pueden ofrecer un espectáculo «más fuerte, más picante, en contacto con el espectador». Para ello llegan a Mallorca con En Positivo 2, que podrá verse este viernes y este sábado en Trui Teatre de Palma (Camí de Son Rapinya, 29), a partir de las 21.30 horas. En la jornada previa a su actuación, César, el hermano menor, habla sobre la función y su carrera.
—¿Qué se encontrará el público al asistir a En Positivo 2?
—Es un show con mucha actualidad y en el que buscamos la implicación del público. Tratamos de introducirnos en la idiosincracia de cada ciudad, adaptando nuestros diálogos a sus problemas particulares.
—¿En qué modo participarán?
—Jorge ve la botella medio vacía, y entre el público y yo tenemos que convencerle de que en la vida hay que ser positivo.
—¿Por qué es importante ver la botella medio llena?
—Hay que vivir con optimismo y con alegría la situación por la que está pasando el país. Es mejor que vivirla con pena.
—¿Estarán presentes algunos de vuestros personajes más clásicos?
—Por supuesto. No faltarán Omaita y Antonia, que son los que siempre demanda el público. Cuando no las hemos interpretado nos han preguntado por ellas. Por muchos años que llevemos metiéndonos en su piel, no nos cansamos.
—Llevan casi 30 años haciendo reír a la gente. ¿Ha cambiado la forma de hacer humor en ese tiempo?
—Somos un clásico. Como diría Jorge, terminaremos haciendo reír en los geriátricos. Aun así, estamos al día de todo, como en las redes sociales.
—¿Cómo les ha sentado la cancelación de Jugamos en casa?
—Era un horario difícil. Nosotros nunca habíamos presentado un programa, pero ha sido una experiencia maravillosa y creo que hemos estado dignos y simpáticos. Quizá si hubieran tenido algo más de fe en el programa habríamos podido solucionar los problemas, pero no pasa nada. Seguimos haciendo teatro, que es lo que nos apasiona.