El músico chino Lang Lang, la gran estrella joven del piano clásico, ha admitido este miércoles la influencia de referentes como Horowitz y de maestros directos como Barenboim, pero ha destacado sobre todo el peso de la competencia: «Quienes me hicieron mejor pianista fueron mis compañeros de escuela».
El intérprete, que con 33 años maneja una fama equivalente a la de grandes figuras del pop, creció como instrumentista compitiendo con otros estudiantes de música en su país, «a veces de forma áspera», ha puntualizado con una sonrisa, mientras que ya consagrado como uno de los más prometedores pianistas del mundo tuvo «el privilegio de estudiar» con grandes figuras a las que hoy se iguala.
En la rueda de prensa previa al concierto que ofrecerá este jueves en el festival Formentor Sunset Classics de Mallorca, su único recital de 2015 en España, Lang ha animado a los estudiantes de música a «no perder nunca la esperanza» y a perseverar en su formación.
«Practicar no es divertido, ocho horas en una habitación oscura es aburrido, pero tienen que trabajar», ha apuntado el artista, que con 5 años ganó el concurso de piano de su ciudad, Shenyang, y a los 13 tocó los 24 preludios de Chopin en el Pekín Concert Hall antes de iniciar una fulgurante carrera internacional.
Aconseja a los intérpretes jóvenes que consideren que «un buen pianista es un buen comunicador», que ha de proyectar «su corazón» en la música, «abrir la imaginación» y comprender que «en la partitura no hay solo notas».
Lang, embajador de buena voluntad de la ONU, lidera una fundación que promueve la enseñanza musical en todo el mundo, un campo de la educación que encuentra muy descuidado en los países desarrollados.
«Cuando tenía 6 años en la escuela pública en China tenía clases regulares de música», mientras que en los mayores países occidentales, incluso en los que fueron la cuna de los más grandes compositores, la música clásica ha desaparecido de los programas comunes de la enseñanza, ha lamentado el pianista, que con su fundación impulsa proyectos y métodos para revertir esa situación.
Lang, ya que actuado en ceremonias de mundiales y juegos olímpicos, ha tocado con Metallica en los Grammy y ha interpretado el éxito «Happy» con su autor, Pharrell Williams, afirma que nunca ha escuchado críticas negativas por esta vertiente pop de su trabajo, que defiende porque «cada vez hay más gente viene a escuchar música clásica» gracias a su popularidad y también porque cuando colabora con otros artistas solo tiene en cuenta «la calidad de la música», no el estilo o el contexto.
«Es importante tener la cabeza abajo y pisar sobre el suelo», continuar trabajando duro «y aprender», ha incidido el artista chino, que augura un buen futuro musical para su país porque hay casi 50 millones de estudiantes de piano y en torno a 100 millones de jóvenes que se forman como intérpretes de instrumentos clásicos.
En su recital de este jueves, el primero de los tres que componen este año el Formentor Sunset Classics, Lang interpretará «Las estaciones», de Tchaikovski, el «Concierto italiano» de Bach, y los «Cuatro scherzos» de Chopin, piezas habituales en su repertorio que considera apropiadas para los jardines del Hotel Barceló, donde tendrá lugar el concierto.
El pianista ha subrayado que actuar al ocaso al lado del mar en un paisaje como el del extremo nororiental de Mallorca le hará tocar «mejor que nunca"; «será milagroso», ha enfatizado Lang contento de relajarse en un paisaje tan «espiritual» después de la agotadora sesión de diez horas ante el piano que acaba de protagonizar para un DVD que ha grabado en París.
«Siempre soñé con estar en Mallorca por Chopin (el compositor polaco pasó un invierno en la isla) y porque mis amigos me la habían recomendado», ha manifestado.