«Twin Peaks es el lugar dónde empezó todo. La única serie, en su día, en la que el cómo estuvo siempre por encima del qué. ¿Quién mató a Laura Palmer? En cierto modo no importa, porque todos lo hicimos. Se adelantó 20 años a su tiempo y series como Perdidos o True Detective le deben muchísimo», explica Ivan Bort, profesor del CESAG. En todo ello profundizará durante la primera sesión del curso La herencia de Laura Palmer, que se impartirá en el centro a partir de este mes. La inscripción se puede realizar en la página web de la universidad.
A lo largo de diez sesiones se hablará de la serialización de productos como los videojuegos, de por qué fracasan las adaptaciones españolas de series americanas, de anime, de los episodios piloto o de la participación de la audiencia.
Ante la afirmación de que hoy en día «las series son mejores que el cine», Bort se pregunta: «¿Qué series y qué cine? Con el cambio de milenio hubo un boom televisivo, pero hoy en día se vive a rebufo de ese fenómeno. Homeland surge a partir de lo que hizo 24, y The Newsroom o House of Cards cogieron los patrones de El ala oeste de la Casa Blanca. De hecho, los últimos hitos de la televisión han sido adaptaciones de grandes historias de cine como Bates Motel o Fargo», opina. Navarro afirma que «habría que hacer una lista de frases a prohibir, y esta es una de ellas. Cada medio tiene sus virtudes y sus vacíos. Las buenas series estimulan tanto como el buen cine. Y también hay que decir que las novelas no han desaparecido».