La actriz Llum Barrera (Alcúdia, 1968), después su participación en la exitosa serie de televisión Polseres vermelles, está rodando en estos momentos los capítulos de la nueva temporada de Con el culo al aire, la comedia revelación del año de Antena 3, y del programa de talentos Tu cara me suena, que emite la misma cadena.
—¿Cómo afronta su participación en la serie ‘Con el culo al aire'?
—Como un reto, porque es una serie líder de audiencia que va ganando cada vez más seguidores. Yo era una de ellos, una ‘superfan' del cámping, y estaba deseando participar. Cuando me llamaron para interpretar un papel fijo me volví loca. Tiene un elenco excepcional, con actores que dominan el ritmo de comedia a la perfección
—¿Qué papel interpretará?
—Soy Chus, la hermana de Lola, ‘La borracha', que se instala en el cámping para poner orden en la vida de su hermana, pero que en realidad lo que hace es liarla. Se mete en la vida de todo el mundo, siempre con afán de ayudar, eso sí... Es muy divertida y cantarina, se pasa el día canturreando. Es muy positiva y alegre. Me encanta.
—Su actividad es frenética en este final de año, ¿cómo prevé su participación en ‘Tu cara me suena', líder del ‘prime time' de Antena 3?
—La verdad es que llevo unos meses muy intensos de rodaje y ahora empiezo con otro de mis programas favoritos. Me encantan los talent shows, y Tu cara me suena en especial. Me lo voy a pasar muy bien, creo que esta edición será muy gamberra. Además, con GestMusic me siento como en familia.
—¿Desarrolla otros proyectos profesionales?
—De momento creo que ya está bien. Estoy acabando las últimas funciones de la gira de El manual de la buena esposa. Y continúo colaborando en la Cadena Ser los sábados por la mañana en A vivir que son dos días con Javier del Pino. El cuerpo y la cabeza no me dan para más. Y tampoco hay que acaparar tanto, ¿no?
—¿Se considera una privilegiada formando parte de una profesión con el 90 por ciento de paro, como dijo Juan Diego Botto?
—Muchísimo, me da mucha pena como está la cultura en este país. Bueno, la cultura, el deporte, la sanidad, la política... Necesitamos un cambio muy profundo en todos los estamentos para reinventarnos y prosperar. Pero dentro de todo el maremágnum de la crisis, yo estoy que no paro, lo que es más que un privilegio, es como un milagro. De todas formas, esta profesión es muy cruel, el porcentaje de actores en paro siempre es desalentador.
—Con tanto trabajo en Madrid y Barcelona, ¿cómo es su relación con Mallorca?
—Pues mi relación es como la de los turistas, sólo voy en vacaciones y fiestas de guardar. Intento escaparme siempre que puedo a ver a mi familia y amigos. Pero últimamente me cuesta encontrar hueco. Aunque no me quejo porque este verano he disfrutado de mi tierra casi un mes. Un lujo.