El pintor estadounidense Ellis Jacobson, que había hecho de Mallorca su hogar, falleció en la madrugada de ayer mientras dormía en su domicilio de La Bonanova, a los 88 años, justo un día antes de que en Sa Tafona de Deià se inaugurara una exposición de su obra. Jacobson, que se había instalado en Palma en 1962, padecía alzehimer, enfermedad que le había retirado de la vida pública, pero no apartado de sus amigos artistas, quienes le visitaban a menudo. Tampoco le impidió acudir en 2011 a un emotivo acto, aunque lo hiciera en silla de ruedas. Fue en otra inauguración, la que recogía en Ses Voltes el trabajo del Grup Dimecres entre 1975 y 1980. Su hijo Elliot viajó entonces desde Estados Unidos para acompañarle en un día de tanta alegría por el feliz reencuentro con sus colegas de profesión.
La relación de Jacobson con esta tierra fue tan estrecha que en 1993 cedió 150 cuadros, un selección de todas sus etapas estilísticas, a la Comunitat Autònoma. Lo hizo, dijo, porque le parecía que era «el único modo de demostrar mi cariño» hacia Mallorca. Porque según recordaba ayer otro artista y amigo, Steve Afif, el pintor fue «feliz» en esta isla. Ambos, junto a Jim Bird y Ritch Miller, todos norteamericanos y estos últimos también fallecidos, «gozamos aquí de una calidad de vida enorme por la tolerancia, simpatía y apoyo de los mallorquines», afirmó ayer Afif, el más joven. De Jacobson enfatizó su «exigencia, profesionalidad, integridad, su apoyo moral a los artistas jóvenes; él tuvo mucho que ver con que yo volviera a pintar».
Un centenar de las obras cedidas al Govern están depositadas en el Museu de Mallorca, según confirmó ayer su directora, Joana Maria Palou, y durante un tiempo itineraron por diversos espacios de la comarca de Manacor. También las paredes del Parlament albergan algunas de ellas. Por cierto, en 2004, en esta institución se echaron en falta una docena, suceso que se denunció a la policía.
Jacobson, quien había aterrizado en Mallorca tras un periplo por la Provenza francesa, París, Italia o Madrid, era un gran dibujante que había sido caricaturista en Hollywood, como se cuenta en la Gran Enciclopèdia de la Pintura i l'Escultura a les Balears , y el dibujo le sirvió para crear obras de gran fuerza dramática como las protagonizadas por los indios americanos o las víctimas del Holocausto nazi. Como pintor, su obra abstracta destaca por su interés por el color más puro «sobre el que investigaba y era un estudioso», apunta Juan Waelder, quien comisarió la retrospectiva sobre su obra que tuvo lugar en sa Llonja en 1994. Este fotógrafo y creativo añadió que artísticamente «era muy exigente», que le «encantaba teorizar» sobre arte y que de la abstracción expresionista y colorista pasó a «buscaba expresar lo máximo con lo mínimo».
Sobre la cualidad de estudioso de Jacobson también habló Rafael Amengual, que formó parte del Grup Dimecres. «Recuerdo sus discursos y conferencias sobre la creatividad», comentaba ayer apenado. «Como anécdota le diré que un día que vino a verme a Manacor yo estaba pintando un cuadro en el estudio y él se puso también a pintar. Al final, salió un resultado curioso, no parecía ni suyo ni mío».
Ellis Jacobson participó en 1969 en la exposición inaugural de la Sala Pelaires y en 2004 el Casal Solleric le dedicó una antológica.