Desde el primer momento, la edición americana de la revista Rolling Stone rechazó el porfolio que el fotógrafo Pep Bonet le planteó sobre Motörhead. La publicación se limitó a facilitarle el contacto de los mánagers de la banda. Nada más. Bonet, fan acérrimo de los británicos, empezó a seguirles con su coche en su tour europeo en 2008. En Röadkill Motörhead (Fonart Publishing), libro que presentó ayer en Molta Barra (Pes de la Farina, 12, Palma), refleja cómo se convirtió en un miembro más.
«Por Motörhead estaba dispuesto a perder dinero», comentaba Pep Bonet. Lo que menos interesaba al fotógrafo eran los conciertos. Quería enseñar qué hay detrás de Motörhead. Al saber respetar el espacio de los miembros y su intimidad, Bonet deparó en que «son personas muy transparentes que valoran mucho a sus seguidores. Son muy receptivos, sobre todo con las chicas», explicó Bonet en tono jocoso.
El bar Molta Barra exhibirá una colección de fotografías de Bonet con motivo de su experiencia vinculada a Motörhead a lo largo de su gira por Gran Bretaña, Colombia, Brasil o Argentina. Fueron dos años intensos que plasman los detalles cotidianos del conjunto de heavy metal que lidera el carismático Lemmy Kilmister.