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Los últimos lienzos de Palomo Linares aúnan «arte y toros» en la galería Vanrell

El artista Palomo Linares, ayer en la galería Vanrell, de Palma.

| Palma |

Las pinturas de Palomo Linares no se veían en Palma desde el año 1991, cuando el artista y popular matador de toros expuso su obra en la galería Horrach Moyà. Ahora, más de veinte años después, Linares regresa a la Isla con una nueva colección bañada por una abstracción que impregna «de luz y muchísimo color». La exposición, con lienzos nuevos, muchos de ellos inéditos, se inaugura hoy, a las 20.00 horas, en la galería Vanrell de Ciutat (Tous i Maroto, 1). «Ya era hora de volver a esta maravillosa isla», confiesa Linares.

Los cuadros de Palomo Linares, muchos de ellos de gran formato y realizados en técnica mixta, parten de la misma base: la naturaleza. «Yo vivo en el campo, en la naturaleza abierta. Me gusta la puesta de sol, el ocaso, la luz y, sobre todo, la vida. Soy un enamorado de la vida», apunta el pintor. El «movimiento y la elasticidad» se desprenden de unos lienzos que beben de sus dos grandes pasiones: «La tauromaquia y la pintura». «El toro está muy presente en muchas obras, ya que éstas plasman mis vivencias y el toro es una parte muy importante de mi vida. Cuando toreaba tenía la chispa de la pintura, y ahora que pinto, tengo la chispa del toro; es inevitable», añade.

Imaginación

Trazos muy meditados, en los que «se pueden ver muchas cosas». Así es la obra de Linares, un trabajo que realiza «con mucha imaginación y dándome igual lo que piense la gente respecto a mi obra. Al artista debe gustarle lo que hace, ese es el punto de partida», reflexiona.

El ex matador de toros siempre se ha rodeado de creadores, como Picasso, Botero o Viola, e incluso «he pintado con algunos de ellos». A pesar de ello, el pintor dice que no siente predilección ni por uno ni por otro. «Yo veo y me enamoro de las creaciones, no de sus creadores. Está claro que muchos de ellos son grandes creadores, pero en los últimos tiempos han aparecido otros que sus obras, más que pinturas, parecen grafitis, con todos mis respetos a los artistas que trabajan en esa vertiente».

«Llevo toda mi vida pintando. Cuando era muy joven tuve que decantarme por la pintura o el toreo, y finalmente me decanté por la segunda opción a la espera de, después, retomar mi otra gran pasión, el arte», recuerda el pintor. Ahora, tras dejar atrás los ruedos, «puedo dedicar todo mi tiempo a pintar, que es lo que más me gusta hacer desde que era muy pequeñito. Siempre he pintado y siempre tuve como meta y reto dedicarme a ello a pleno rendimiento una vez dejase el mundo del toros y, afortunadamente, así ha sido», relata Linares.

Sobre ser un personaje recurrente de la prensa del corazón, el creador asegura «llevarlo bien» y sostiene que la relación con su exmujer, Marina Danko, es «buena y cordial» y que la señora venezolana con la que se le relaciona en los últimos meses es, simplemente, «una amistad maravillosa, de momento no hay amor». Asuntos del corazón a parte, el artista se solidariza «a favor de los mineros, mi padre fue minero y sé lo qué es» y asegura que «no entiendo la actitud de los antitaurinos y los ecologistas, no me gustan las prohibiciones y no se puede poner fin a una tradición tan arraigada en España como son los toros; no lo puedo comprender».

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