«Todo el mundo se queda maravillado de la calidad de las piezas góticas que tenemos en Mallorca; han venido expertos, periodistas de medios nacionales, para todos resulta una sorpresa». Así se expresaba anteayer Joana Maria Palou, directora del Museo de Mallorca, desde el Petite Palais de Avignon, donde supervisa la instalación de las piezas que han viajado desde la Isla para formar parte de la gran exposición Terra-Mare. Majorque, le Royame au milieu de la mer , que esta noche se inaugura en tres espacios de la ciudad francesa.
La inauguración, a la que acudirá el conseller de Cultura, Bartomeu Llinàs, enlaza el pasado del Regne de Mallorca con la obra de Miquel Barceló, que ocupará el museo de la Colección Lambert y el Palacio de los Papas. Precisamente, este evento se ha organizado para conmemorar el décimo aniversario de asentamiento de la citada colección en Avignon, una tierra que en la Edad Media mantuvo estrecha relación con el Regne de Mallorca.
Joana Maria Palou es comisaria de la exposición de gótico en la primera ocasión que tantas obras de este período, propiedad de distintos museos e instituciones, salen juntas de Mallorca. Pintura, cerámica, escultura, códices y artes suntuarias cuelgan ya en los muros y ocupan las vitrinas climáticas del Petite Palais en lo que Palou calificó, «no sólo como una oportunidad única de promoción de nuestro gótico», sino también como un hecho que tendrá proyección en el futuro ya que «de esta exposición va a salir mucho trabajo de los estudiosos».
«Que nuestras piezas estén en Avignon es gracias a Barceló, sin duda, pero todo va unido, lo histórico y lo contemporáneo, porque el artista reconoce sus raíces en el gótico», apuntaba Palou, quien recordó que en el siglo XV, en Mallorca, «coincidieron todas las corrientes estilísticas del Mediterráneo y de Europa», de ahí la «calidad» artística «de este legado».