Con el gesto circunspecto y la apariencia de hombre tranquilo, el escritor Juan José Millás recogía el lunes el premio Planeta por El mundo. A su lado, el presentador Boris Izaguirre ejercía de finalista en el certamen. Para el valenciano, es curioso que alguien que escribe en El País gane el Planeta con El mundo, que son muchas ubicaciones diferentes para una novela que parece situar la patria en la infancia.
Millás recurre a su propia biografía, la de un niño valenciano que se instaló con su familia en la calle Canillas de Madrid. El protagonista «desea salir de esa calle durante la infancia y adolescencia, pero se da cuenta de que no puede, que la calle volverá a aparecer en todas las ciudades que visita, porque es una metáfora del mundo».
Boris Izaguirre añadió que «hay un momento en el que los personajes comienzan a escribir por ti y el libro ya deja de pertenecerte». De Villa Diamante dijo que «todo latinoamericano quiere intentar explicar su país, más que su mundo», y desveló que «trato la Venezuela de los años 50, un lugar dorado lleno de esperanzas y futuro», a través de la historia de dos hermanas, una guapa y otra fea, que se enamoran de un mismo hombre. Entre sus obras destacan Verdades alteradas, Fetiche o Azul petróleo, y el guión del culebrón La dama de rosa. En Galicia, cuando conoció a su marido Rubén, «me aparecieron estrellitaS», soltó un refinado Boris, a lo que Millas completó: «Si mis padres estuvieran en la rueda de prensa, ¡no sé qué dirían al verme recibir un premio sobre mi niñez, junto a un finalista que está casado con un señor de Vigo!».