El escritor Sebastià Alzamora presentó ayer su dimisión como jefe de promoción externa del Institut d'Estudis Baleàrics (IEB). Esta dimisión fue aceptada por su presidente, Gabriel Janer Manila. Alzamora continuará colaborando a nivel externo con el IEB, dedicándose, básicamente, a preparar los grandes temas de la institución a nivel exterior como, por ejemplo, la feria de Fráncfort de 2007, en la que la cultura catalana será la invitada de honor; o la implantación y proyección en el mercado catalán de la cultura de Balears. El principal motivo argumentado por Alzamora en su carta de dimisión es el exceso de trabajo que ha acumulado en los últimos tiempos, especialmente desde que ganó el premio Josep Pla con «La pell i la princesa». Desde entonces, el escritor ha estado muy implicado en la promoción de su libro, ya que que el Josep Pla es uno de los más prestigiosos de los que se otorgan en catalán.
Esta circunstancia, que por una parte se ha saldado con un excelente éxito de ventas durante la Setmana del Llibre en Català y en el pasado Sant Jordi -fue uno de los tres títulos más demandados por el público -, ha hecho que se resintiera su tarea diaria en el IEB. Por eso ha decidido presentar la dimisión. El presidente de la institución, Gabriel Janer Manila, todavía no ha pensado si colocará a alguna persona en el puesto de Alzamora. Fuentes oficiales del IEB aseguraron que «su renuncia obligará a un periodo de reflexión porque se ha producido de repente». Una de las operaciones que se contemplan es que el trabajo diario sea asumido por el personal que queda en el Institut, ya que la colaboración de Alzamora lo permitiría.
El escritor explicó que «esta renuncia no se produce por desacuerdos con la línea del IEB, que está realizando un trabajo muy buena y con la que me siento identificado. Sólo se producirá un replanteamiento de mi vinculación con la entidad porque mi faceta como escritor me quita mucho tiempo». Los meses en el que el escritor ha estado ocupando este cargo, el IEB ha estado presente en la feria internacional del libro de Fráncfort, la feria Expolingua de París, la del libro de Londres y la del libro infantil y juvenil de Boloña. Además se consiguió incrementar de forma esencial la relación con la Institució de les Lletres Catalanes, enmarcada dentro del clima de buen entendimiento entre los departamentos de cultura del Govern y la Generalitat de Catalunya. Tras su participación en una mesa redonda en Valencia, Alzamora se vio inmerso en una polémica que acabó en los juzgados de Palma ya que recibió amenazas de muerte por su defensa de la unidad lingüística del catalán. El diario «El Mundo» también emprendió una campaña contra su persona que se saldó con una defensa de su valía por parte de sectores del Partido Popular.