Laura Moyà (Alguer)
Hace más de 3.500 años, el mar Mediterráneo contaba con múltiples
culturas neolíticas. En plena Edad del Bronce, en Mallorca, empezó
a florecer la cultura talayótica mientras que, en Cerdeña, surgía
la nuraghe. Los 48 alumnos que se encuentran en la isla sarda desde
el jueves, de la mano del CIM y de la UIB, visitaron el poblado de
Palmavera para descubrir las semejanzas que existen entre una y
otra sociedad.
El poblado de Palmavera empezó a construirse en el siglo XV a.C. Por aquel entonces, en Mallorca empezaba a florecer la cultura talayótica. Palmavera se compone de dos torres rodeadas de una muralla defensiva, una cabaña de reuniones y cerca de 150 cabañas. Su estructura recuerda a las Barraques de Roter de Llucmajor e, incluso, a algunos poblados micénicos, hecho que hace creer a los historiadores que las primeras civilizaciones del Mare Nostrum cuentan con un origen en común que, por el momento, se desconoce.
Palmavera es una de las villas más antiguas de Cerdeña, ubicada a ocho kilómetros del Alguer. Toma su nombre de una montaña cercana y de un tipo de plantas que proliferaba en la zona, una especie de palmeras pequeñas. Su función era polivalente, sirviendo las torres como refugio para la población, como lugar sagrado y como habitáculo para los jefes de la tribu. En total cuenta, hoy, con cerca de 50 cabañas. El resto, unas cien, están enterradas en los alrededores a la espera de ser excavadas.