AMAYA MICHELENA
La ópera es probablemente el género más completo y más complejo que uno puede abordar cuando se lanza a bucear en el mundo de la música. Es una aventura y, a la vez, un duro trabajo que requiere grandes dosis de técnica, de dedicación y de ilusión.
Y todos estos ingredientes son los que han necesitado los alumnos del Taller d'Òpera del Conservatori Proffesional de Música i Dansa de Palma para poner en escena «Le astuzie femmenili», una obra de Domenico Cimarosa que contiene los rasgos fundamentales del género bufo: los personajes, el engaño, el travestismo y hasta una fingida lengua alemana y una pieza de danza típicamente rusa, elementos que consiguen dar al argumento una vivacidad y una frescura que los estudiantes de música lograron hacer llegar a los espectadores que llenaron el auditorio del Conservatori en las dos representaciones ofrecidas, el martes y ayer.
Bellina, la protagonista -interpretada el martes por Rosana Delgado y ayer por Arantxa Riera-, descubre al morir su padre que sólo podrá recibir la herencia si se casa con un amigo de la familia al que todavía no conoce: el señor Giampaolo Lasagna -al que dio vida Joan Carles Simó en las dos representaciones-; lo que destroza a sus pretendientes, don Romualdo -Josep Vives- y Filandro -Àlvaro Andrés y José Manuel Sánchez-, a quien la joven ama. Las otras mujeres de la casa, Ersilia -María del Mar Gallardo y Margalida Mateu- y Leonora -Mónica Aguilera y Natalia Salom- deciden acoger de manera especial al este desconocido que viene a trastocar los planes de Bellina. Con este arranque, la historia da pie a toda clase de estratagemas y astucias femeninas para conseguir el trofeo deseado: el amor del amado. Un enredo que se desarrolla al ritmo de violines, cello, viola, contrabajo, flauta y clavicémbalo, de la mano de Ricardo Duato, Ramón Andreu, Fernando Villegas, Esther Giménez, Xisco Aguiló, Catalina Roig y Javier Núñez, todos ellos miembros de la Orquestra del Conservatori.
El director musical de «Le astuzie femmenili» es Carles Ponsetti, mientras que la escenografía ha corrido a cargo de Enric Garcias, Mariano Portas y Julià Alorda, que han contado con el vestuario de la Fundació Teatre Principal y la coreografía de Silvia Riutort, todos dirigidos en escena por Pere Noguera, con la asistencia de Aina Ferrero.
En definitiva, un gran equipo humano y artístico que ha conseguido un notable resultado, tratándose de un género, la ópera, que requiere un enorme esfuerzo de coordinación y concentración. En opinión del director del Conservatori, Juan Roig, los alumnos han logrado con esta experiencia dar un decisivo paso hacia delante en sus carreras musicales, al abordar un trabajo con todas las exigencias del ámbito de lo profesional.