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Aprendiendo cómo es un museo

Es Baluard acogió un taller destinado a familias

Las murallas o las terrazas exteriores del Museu Es Baluard fueron algunos de los escenarios que visitaron tanto los hijos como los padres. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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Zoe Lorenzo tiene 7 años. Cada semana acude a clases de plástica, donde le enseñan cuatro nociones básicas sobre arte. Siempre dice que de mayor será pintora, trabajo que compartirá con el de profesora de lucha. Según su madre, Celia Cruz, cada quince días cambia de profesión. «Es normal, aún es una niña», asegura. Ayer por la mañana pudo descubrir algo más: en qué consiste un museo. Zoe fue una de las jóvenes participantes que asistieron junto a sus padres al taller «Fes-te teu el museu!» que se realizó en el Museu Es Baluard. «La actividad no parte de ninguna obra en concreto, como en anteriores talleres, si no del propio museo», explicó Eva Cifre, una de las encargadas de «Fes-te teu el museu!».

La idea era «acercar el centro de arte a las familias para mostrarles sus múltiples posibilidadades». Mediante pistas y juegos, lo más jóvenes debían ir descubriendo en qué consiste un museo de arte contemporáneo para, al final, terminar construyendo uno. De ahí que el lugar de reunión fuera la entrada de Es Baluard donde una treintena de personas esperaban para iniciar la actividad. Aina Morales, de 7 años, ya había participado en un taller anterior. Le gustó tanto que, cuando se enteró de que había otro acabó convenciendo a su padre para asistir. El motivo: «Me gusta mucho dibujar y las manualidades». Su padre, Miquel Morales, terminó convencido porque «es importante que los niños crezcan dentro de un ámbito cultural y artístico para que vayan sensibilizándose».

Una opinión que compartía María José Villar. «Es importante aprender a colaborar, conocer gente nueva y hacer amigos». A su lado, Enric y Lluís Morales, de 7 y 2 años respectivamente, observaban a su madre. «Me gusta jugar y pintar y aquí puedo hacer las dos cosas», decía Enric. Lluís, más asustadizo, afirmaba con la cabeza mientras se escondía tras su madre. Las murallas, las taquillas, el ámbito 0 ó las terrazas exteriores fueron algunos de los escenarios que visitaron jóvenes y mayores. Mediante pistas, los más pequeños tenían que adivinar dónde se escondía la siguiente zona del museo a descubrir. Al final, y tras recorrer Es Baluard, todos terminaron construyendo una maqueta de su museo ideal.

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