LYDIA E. LARREY
Figuras femeninas, taurinas y desnudos compusieron la ventana que el artista Szczesny ofreció el sábado en Ses Voltes a través de su exposición «Mediterráneo, la estética del sur» y tras la cual se procedió a subastar, a beneficio de la Fundació Vicenç Ferrer, una serie de telas que el pintor realizó expresamente el día anterior en Palma. Numerosos fueron los invitados que acudieron a esta cita anual organizada por Azahart, cuyo gerente, Francisco Molina, define como un auténtico «vivero de ideas». En esta edición ha querido brindar al público mallorquín la oportunidad de conocer la particular visión que tiene el pintor del sur español, un lugar que conoce bien pues, entre otras cosas, ha tenido la oportunidad de participar en la decoración de un lujoso hotel en Estepona.
Los asistentes al evento pudieron refugiarse del calor en el interior de Ses Voltes, donde pudieron contemplar las telas del artista en primera persona. Un artista que se ha dejado seducir por las palmeras que crean un oasis de tranquilidad y que recuperan el mediodía sureño, mediterráneo. Szczesny se ha inclinado, en esta ocasión, por los azules, los verdes y el rojo. La agenda de Szczesny en Palma ha estado bastante apretada. El pasado viernes acudió a la plaza de España para crear quince cuadros de formato mediano donde confluye toda la esencia de su obra. El resultado se subastó durante el transcurso de una cena que se celebró en los jardines de Azahart una vez concluida la inauguración de la exposición. La recaudación se destinará a la Fundació Vicenç Ferrer.
Arropados por la luna llena, María José Frau, regidora de Dinamització Ciutadana; el artista Ripollés y Pere A. Serra, presidente-editor del Grup Serra, brindaron con cava por la solidaria iniciativa, al igual que José Luis Gimeno, alcalde de Castellón; José María Rodríguez, conseller d'Interior del Govern, y Gaspar Oliver, conseller d'Agricultura, cuya conselleria quiso contribuir en la celebración aportando un queso mahonés que fue servido de aperitivo y muy apreciado por todos los asistentes, que posteriormente degustaron un original menú compuesto por un «Pa amb oli hecho», crema de almendras, carrillada de carne que fue coronado con unas ensaimadas del horno de Sa Gerreria, Can Miquel y regado con vinos de bodegas mallorquinas.