B.P.
Bechtold, el pintor que se continúa situando a «contracorriente»,
por ejemplo, ante las instalaciones y el pop- art, inaugura hoy una
muestra de su última producción en la galería Altair de Palma.
Integrada por cuadros de gran formato, obras con tendencia a la
monocromía «para no perder fuerza», Bechtold se mueve dentro los
parámetros del informalismo que han orientado su producción y
apunta una cierta recuperación del componente matérico que le había
caracterizado en otras etapas. Bechtold quiso definirse «siempre a
contracorriente», como el gran arte.
A pesar de lamentar esta evolución de la Eivissa posterior al boom turístico, Bechtold afirmó que había procurado convertir su casa en un reducto, «una isla dentro de una isla», con la finalidad de preservar la calidad de vida que había ido a buscar. El pintor recordó también en la presentación de la exposición sus primeros pasos en el mundo del diseño gráfico en Barcelona, una época en la que evoca con cariño su entrada en contacto con los ambientes del antifranquismo intelectual y sus relaciones con Dau al set.