La exposición navideña de las Caputxines contará este año con un elemento inusual y espectacular que forma parte del patrimonio textil del convento, una alfombra turca del siglo XVII, de siete metros de largo y casi cuatro de ancho, que ha sido restaurada por la mallorquina Agatha Costa y la italiana Martina Brunori, expertas en tejidos. La restauración ha sido patrocinada por el CIM.
La alfombra, dice Agatha Costa, «está hecha a mano, en lana, tanto la estructura como el nudo, y decorada con dibujos geométricos, un medallón central y orlas que representan los siete círculos de Alá». La restauradora asegura que «hay pocas como esta».
La alfombra llegó al convento de Palma en 1702 como regalo de sor Josefa Manuela de Palafox, abadesa de las Captuxines de Sevilla. «La regaló para que las monjas la colocaran en el presbiterio de la iglesia durante las grandes ceremonias que se hacían en las festes majors», dice Jaume Llabrés que, junto a Aina Pascual, coordina el proyecto de rehabilitación del convento y su patrimonio histórico. «En estas fiestas litúrgicas de época barroca las iglesias se decoraban de forma espectacular a base de alfombras, damascos, flores y cirios».
«Se conocen algunas alfombras parecidas, aunque no de ese tamaño, en casas señoriales de Palma y en la subasta de Bendinat que hizo Christie's salió una más pequeña; ésta, como pieza histórica, es muy importante», asegura Llabrés. «Decidimos exponerla esta Navidad como complemento a todo el montaje que se presentará la semana que viene porque se trata de elementos que el público no puede ver habitualmente, no se exhiben en museos».
La alfombra ocupará una pared frente al belén, «la única en la que cabe», y finalizada la exposición de Nadal se colgará en el interior del convento para que no se deteriore. La humedad perjudicó a esta pieza que dejó de usarse tras el Concilio Vaticano II cuando se modificó la ubicación de los altares en las iglesias y ya no cabía en el presbiterio. Las monjas intentaron mantenerla, como se puede apreciar por remiendos y arreglos que ahora eliminan las restauradoras.