MIREIA BALASCH
Josep Maria Casasayas empezó a traducir «El Quijote» al catalán
hace 40 años. Su propuesta tiene una peculariedad, ya que su
protagonista habla en mallorquín y, el resto de los personajes, en
algunos dialectos del catalán. «Mi intención al escribir la
traducción era dar a conocer un mallorquín que se está perdiendo»,
según el autor.
«Aunque mi Quijote hable en mallorquín, no podré arreglar el crimen que se ha hecho con nuestra lengua y con nuestra manera de hablar». Para Casasayas, parte de la culpa la tiene «el Institut d'Estudis Catalans, porque las lenguas no las hacen los científicos, sino el pueblo». Por el momento, el autor ha tenido algunas propuestas de editoriales para publicar su traducción. Sin embargo, Casasayas prefiere publicarla él mismo. «No quiero que alguien gane dinero, lo llevaré a algunas librerías o, tal vez, lo regalaré, pero nadie ganará distribuyéndolo», según el traductor.
En «El Quixot» se emplea «un idioma popular». «El castellano que usa Cervantes es estrictamente popular porque, en aquella época, la lengua no estaba normativizada». Un ejemplo. El cronista emplea términos usuales en Mallorca y habla de «la taula», es decir, no usa el artículo salado. Sin embargo, la parte dialogada recoge expresiones típicas mallorquinas que sí emplean el artículo salado. El resto de personajes hablan en ibicenco, valenciano, gascón de la Vall d'Aran o alguerés. «La selección la realicé en función de la procedencia del personaje que creó Cervantes», dijo Casasayas.
Respecto a los refranes, la manera de traducirlos del autor ha buscado «una equivalencia con el mallorquín». «No he realizado una traducción literal del texto, como ha pasado otras veces, porque hay veces en que las palabras no se entienden». Así, el refrán «Vale más pájaro en mano que cien volando» se ha transformado en «Fa més un tord a la mà que mil i un que volen», tal y como suena en Mallorca.
Hasta el momento, ésta es la única traducción íntegra realizada de la obra de Cervantes. «Antes se había intentado muchas veces pero los autores siempre terminan acortando algún capítulo». La edición de Casasayas será la octava realizada en catalán.