HÉCTOR ALEMANY
La fusión flamenca, cubana y senegalesa vivida la noche del sábado
en Costa Nord hechizó a todos los asistentes a la velada por la
descarga de pasión, experiencia y garra que los artistas invitados
ofrecieron sobre el escenario de Valldemossa. No cabía ni un
alfiler en el recinto de Costa Nord; entre el público, muchas caras
conocidas: el maestro Paco de Lucía, al que Enrique Morente quiso
agradecer su asistencia; el pintor José María Sicilia; el torero
Javier Conde, que no se separó de su esposa Estrella Morente; la
actriz catalana Rosa Maria Sardà, que acompañó en todo momento al
actor Jorge Sanz y al oscarizado director Fernando Trueba, fueron
algunos de los rostros más conocidos.
El repertorio musical, que tuvo una duración de tres horas, lo abrió el protagonista de la noche, Enrique Morente, y pronto se presagió una noche repleta de sorpresas y magia. Después, los sonidos de los tambores africanos acompañados por danzas y mezcla de ritmos, hicieron subir unos cuantos grados más la calurosa noche. La elegancia sobre el escenario quedó patente con la presencia del cantante cubano Reynaldo Creagh y su compatriota, el teclista Pepesito Reyes, que pusieron a escena la revitalizada música de la Vieja Troba Santiaguera. La pasión flamenca que ofreció la cantante Estrella Morente no dejó ninguna duda de su capacidad artística repleta de coordinación y ritmos sureños, muy aplaudidos por «su torero».
A pesar de la distancia geográfica que separa a todos los artistas, procedentes del Mediterráneo, Caribe y océano Atlántico, no impidió que la fusión de todos los estilos (flamenco, africano y cubano) se convirtiesen en un sonido cautivador y relevante al oído de los presentes. El director de cine Fernando Trueba quiso resaltar a Ultima Hora la actuación del granadino Enrique Morente. «La interpretación de «Dos gardenias» ha sido una maravilla», confesó Trueba, que portaba su habitual sombrero, que se quitó durante el recital. El público disfrutó del espectáculo y no faltaron las palmas, que siguieron en todo momento el ritmo de la música, y eso que se produjeron algunos fallos de sonido puntuales y un apagón durante el intermedio del concierto.
Sin duda se trataba de una auténtica celebración de la música étnica. El nerviosismo de Enrique Morente era patente; sin embargo, las inmensas ganas de hacerlo bien fueron suficientes razones para que todo fuese un éxito sin precedentes. Enrique Morente se despidió con todos los artistas invitados sobre el escenario, quienes fueron ovacionados, señalando «la importancia de la amistad de un continente a otro». El concierto «Àfrica, Cuba, Cai» se registró en los formatos CD y DVD para su comercialización en septiembre, que sin duda será una joya musical.