El artista mallorquín Jaume Mir ha querido rendir un cálido homenaje a los trabajadores de la hostelería de Mallorca con una escultura que ha realizado y que el próximo mes de octubre quedará instalada en una rotonda de la Platja de Palma, cerca de la iglesia de la Porciúncula. La obra, de 2'5 metros de alto, ha sido realizada en hierro y fue impulsada por Luis Riu, creador de la cadena hotelera Riu, además de contar con el apoyo y la colaboración de la Asociación de Hoteleros de la Platja de Palma.
La idea de crear esta escultura vino de este hotelero, que encargó la obra a Jaume Mir hace unos cuatro años. Pero el artista no encontraba la manera de plasmar la idea de este homenaje al trabajador de hostelería en una obra de arte. «He realizado diversas esculturas de oficios y todos ellos tienen su poesía. En este caso me costó mucho encontrarla. Pasé mucho tiempo buscando la manera de interpretar el monumento y no la encontraba», explica Jaume Mir para justificar la tardanza en elaborar esta obra, una de las piezas que le han llevado más dedicación. «El tiempo pasaba y no me decidía por nada. Los otros encargos pasaban delante y éste quedaba cada día relevado a un segundo plano».
No fue hasta que uno de los hijos del empresario le explicó una historia sobre los orígenes de la empresa hotelera de esta familia cuando Mir encontró la idea para crear su monumento. «Me explicó que Luis Riu cimentó su imperio hotelero sobre la profesionalidad y la amabilidad de los trabajadores, una cosa de la que siempre dio ejemplo él mismo. Esto ha quedado como una enseña de esta empresa, que más que clientes se dedicaba a hacer amigos».
De esta idea salió la escultura que ha realizado Jaume Mir. Se trata de un trabajador de hotel que, con los brazos abiertos y dando un paso hacia adelante, da la bienvenida a un hipotético cliente. «El monumento representa la bienvenida que reciben de los mallorquines los turistas que llegan a la isla y que se representa con un trabajador de hostelería porque son los primeros en dar la bienvenida a los visitantes. Es un monumento a la cortesía y a la amabilidad», explica el artista, que ha dado a su escultura el rostro de Luis Riu, «porque en los inicios de su carrera él hacía de director, de botones, de jefe de recepción...».