«Con lo que sucedió quedan al descubierto las contradicciones de la institución» dijo ayer el artista Santiago Sierra refiriéndose a la actuación del Ajuntament de Pollença, que el pasado jueves descolgó de la roca su obra, una pancarta con la leyenda «Inländer raus» (Nativos fuera), que formaba parte de un performance que se celebró en Cala Barques (Cala Sant Vicenç). Hubo rectificación municipal y la pieza volvió a la montaña. Fue todo «rocambolesco y un poco ridículo» comentó.
Sierra, que trabaja las relaciones laborales, lanzaba este mensaje en alusión a los extranjeros que con dinero pueden colonizar un lugar. Era la continuación de otra acción que hizo en Basilea, sobre los emigrantes pobres. Allí la pancarta la portaba un grupo de trabajadores turcos. «La acción de aquí no se entiende sin aquella», comentó. «Si piensa en lo que acaba de suceder en Barcelona con ese grupo de emigrantes queda claro que hay diferentes tipos de extranjeros». Sierra se refería a la acción policial contra un grupo de subsaharianos y marroquíes, que se saldó con más de 100 detenciones, en Barcelona el pasado jueves, coincidiendo con la acción artística de Cala Barques. El artista buscaba provocar una reacción con su montaje, pero no «de quienes me trajeron para hacer la acción».
Consiguió dos, porque la pancarta quedó colgada por la noche. De madrugada la descolgó un espontáneo. «Porque invocamos relaciones entre unos y otros que son molestas». «Esperaban vender un arte de mera felicidad para los paseantes», apuntó.