«La intervención de Gaudí en la Seu desató la polémica porque fue inteligente, anticipadora, moderna, renovadora, brillante, ejemplo de la cohabitación del patrimonio histórico y el patrimonio de la modernidad». Así se expresó ayer en Palma Daniel Giralt-Miracle, comisario del Año Internacional Gaudí 2002 que se celebrará en Barcelona.
El experto en la obra del arquitecto catalán se desplazó a Ciutat para dar una conferencia sobre el trabajo de un personaje del que dijo que es «muy popular pero desconocido, su popularidad es epidérmica». En un encuentro con la prensa antes de su intervención en el ciclo «Visiones del patrimonio», Daniel Giralt-Miracle dio una verdadera lección sobre Gaudí y su importancia como precursor de la arquitectura contemporánea. De él afirmó que fue «un innovador de los sistemas constructivos y abrió la puerta del siglo XX; trabaja con materiales de la antigüedad, la piedra, pero plantea casas con planta libre, busca aire, luz, ventilación, ideas de modernidad para anticipar lo que después harían arquitectos como Ghery, Foster o Calatrava, admiradores suyos».
Según Giralt-Miracle, la obra de Gaudí «se universaliza gracias al mundo de la imagen», momento en el que pasó de ser ignorado en la historia de la arquitectura a ser recuperado por una «corriente que le mira con los ojos de la modernidad». Las revistas de arquitectura comienzan a difundir su obra y Le Corbousier le considera su maestro, el MOMA de Nueva York le dedica una exposición y Barcelona, en 1952, hace lo propio. «Gaudí es forma y función», señaló el experto, y todos los elementos de sus edificios tienen un porqué. En su taller de la Sagrada Familia se dedicó a la investigación, experimentación, comprobación, un sistema empírico de plantear la arquitectura. Todo ello se verá en Barcelona en 2002 en varias exposiciones en las que no faltará su intervención en la Seu, la exhibición de algunas piezas de la misma y otras colaboraciones mallorquinas.