El anticuario Francesc Fortuny presenta en su tienda de Palma, situada donde se encontraba la galería de arte Bearn, una exposición en la que muestra una colección de bastones antiguos de todo el mundo. Las piezas, que datan del siglo XIX y principios del XX, suman algo más de 550 y son parte de la colección de Ramon Segura, un hombre que lleva más de 30 años coleccionando estos objetos y que tiene en su poder más de 700 bastones, entre los que hay auténticas rarezas.
Tal y como explicó ayer el propietario de la galería de la calle Concepció, Francesc Fortuny, se trata de una colección en la que no hay ningún bastón igual, además de tener una gran variedad en cuanto a formas, materiales y usos. «Una de las cosas más importantes que hay que tener en cuenta es que todos los elementos del bastón sean originales», aseguró Fortuny.
Las piezas que más atraen la atención de esta muestra son las numerosas curiosidades y rarezas con las que cuenta. Así se pueden encontrar bastones que se denominan «compuestos». Estos se convierten en paraguas, en monóculos para la ópera, en ceniceros, en flauta, en pluma, en brújulas, en cañas de pescar, en pitilleras, en telescopios, en trípodes, en lupa e, incluso, en un metro para medir. También hay bastones menos agradables, que en su interior esconden cuchillos, espadas o pistolas. Pero estos no se exponen porque son considerados armas y se necesita un permiso especial.
En cuanto a los materiales, estos varían en función de si se trata del mango o del tronco. En cuanto al mango, pueden ser de materiales nobles como plata y oro, también carey, marfil, porcelana, cuero, madera o hueso... En cuanto al tronco, los materiales son menos. Domina la madera, el cristal o diversos metales.