La editorial Tusquets publicará el mes que viene «Antes de Lucy», un libro en el que se recogen varios artículos entre los que se encuentra uno del paleontólogo mallorquín Salvador Moyà. «Sapiens» (Edicions 62) es su última obra editada, junto a Josep Corbella, Eudald Carbonell y Robert Sala, después de darse a conocer con «Les quimeres del passat» (Moll) a principios de los años 80. Moyà ejerce actualmente como investigador en el Institut de Paleontologia Miquel Crusafont de Sabadell. En esta entrevista analiza el pasado y el futuro del «Homo sapiens».
"En su último libro intenta responder, junto a sus
colegas, a las preguntas universales, como el origen del hombre,
cuando inventó el fuego...
"Se trata de resumir la
información básica que tenemos hoy en día acerca de las cuestiones
elementales: de dónde venimos, quiénes somos. Y en el capítulo
final miramos de averiguar adónde vamos, si vamos por el buen
camino...
"Y ¿hacia dónde vamos?
"Hacer una
predicción sobre un género tan complicado como el humano es muy
arriesgado. Los animales salvajes son más previsibles que nosotros.
Los humanos han conseguido, a diferencia de ellos, independizarse
del medio, ya no necesitan esconderse cuando hace frío, invernar...
y esto, junto a la cultura, ha provocado que la evolución biológica
ya no afecte al hombre. Lo que ahora está cambiando muy rápidamente
es la evolución cultural. Cada diez años se producen cambios
enormes. Lo que sí hay que decir es que la tendencia natural de
todas las especies es la extinción. Y el hombre es el único con
capacidades cognitivas lo suficientemente altas para ser consciente
de esto.
"De este modo, hemos llegado al final de la evolución
biológica...
"El hombre no cambiará más... Nos hemos
de acostumbrar a pensar que el hombre es una especie más sobre la
Tierra. Todas las especies, a medida que hay cambios en los
ecosistemas, se extinguen.
"¿El homo ciberneticus podría ser el próximo
paso?
"Hay mucha ciencia ficción. Cada autor tiene su
teoría. La visión del futuro que tenía Julio Verne está mucho más
alejada de la visión de futuro que puede tener un científico o un
escritor actual con mucha más información para adivinar el devenir
del hombre. Y las cosas se pueden torcer muy fácilmente con
cualquier descubrimiento que se produzca esta misma tarde.